A pesar del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) que significó un fuerte aumento de la deuda argentina durante el año pasado, la Argentina no logra recrear la confianza en los mercados internacionales, el riesgo país se mantiene por las nubes y el valor de los bonos por el piso. Si bien las necesidades para cubrir vencimientos de deuda a lo largo del 2019 están cubiertos, el gran interrogante es qué pasará en el 2020 con una economía que nunca alcanza a despegar.
Días atrás, en un artículo publicado por el diario Ambito Financiero con la firma del analista Walter Graziano, se planteó un escenario preocupante para el año que viene: los empresarios admiten que su principal temor es un posible default, es decir que el Gobierno nacional no pueda afrontar los vencimientos de la deuda. En su tesis, remarca que los mercados han ignorado las "bondades" del plan económico diseñado por el ministro Nicolás Dujovne con el aval del FMI. El riesgo país alrededor de los 800 puntos básicos deja al descubierto que la Argentina no puede acceder al crédito voluntario a tasas razonables. Así de simple, nadie le quiere prestar plata a un país que no ofrece garantías de devolver el capital y pagar los intereses, más allá del respaldo del Fondo.
Con tono alarmista, Graziano expuso su punto de vista: "Con o sin superávit fiscal primario el Banco Central debería empezar a comprar dólares en el mercado en simultaneidad con una liberación de la tasa de interés, o sea, sin endeudarse en el mercado, factores ambos que implicarían una gran suba del dólar hasta que aflore un superávit comercial muy suculento que se venda en el mercado y que no se atesore, lo que a la postre aporta estabilidad genuina al mercado de cambios o vamos a la casi seguridad de un default en poco más de un año". Todavía más, expresó que si bien las opciones son "feísimas" al menos "todavía se puede optar, puesto que en un par de trimestres ya no será posible".
A partir de este panorama de un país sin confianza que además atraviesa un año electoral pocos se entusiasman con un cambio de expectativas. En este marco, analistas del mercado elevaron para 2019 su pronóstico de inflación, tanto para el nivel general como para la núcleo, hasta ubicarlos en 28,7% y 26,9%, respectivamente, indicó el Banco Central. Además, pronosticaron, además, un dólar a $39,30 promedio para enero, según el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) publicado por la autoridad monetaria.
Al considerar las principales debilidades económicas del modelo, la directora de la consultora Eco Go, Marina Dal Poggetto mencionó a "las dificultades para ponernos de acuerdo en un contexto en el que los problemas de competitividad están asociados a una muy elevada presión impositiva, una enorme rigidez del gasto público y la ausencia de un mercado de crédito local en un país que nunca construyó una moneda".
Con el mismo tono pesimista, el economista Agustín Monteverde resaltó que "se va confirmando un rumbo de recesión económica", mientras indicó: "No veo motivos para que la situación cambie mientras continúe este modelo".
La catarata de indicadores que se desprenden de la economía de finales del 2018 no permiten vislumbrar un cambio favorable. En este marco, el índice de salarios subió 3,7% en octubre último con relación a septiembre, mientras acumuló un avance en los últimos doce meses de 26,2%, muy por debajo de la inflación, de acuerdo con datos del INDEC.
El índice de salarios total mostró un crecimiento en los últimos doce meses de 26,2%, como consecuencia de la suba 27,3% del total registrado y de 21,9% del sector privado no registrado, señaló el informe del organismo. Así, el aumento acumulado fue muy inferior al ritmo de la inflación, que en ese período acumuló un 45,9%, según datos oficiales.
Mientras que la actividad de la industria manufacturera cayó 13,3% en noviembre último con relación al mismo mes de 2017 y registró así la baja más acentuada en dos años, también según datos del INDEC. En el acumulado de los once meses de 2018, el Estimador Mensual Industrial mostró una disminución del 3,8% con respecto al mismo período del 2017.
Asimismo, los resultados de la encuesta cualitativa industrial, que mide expectativas de las firmas señaló que, respecto de la demanda interna, el 55,4% de las empresas anticipa una baja para el período comprendido entre diciembre de 2018 y febrero de 2019; mientras que un 35,2% espera un "ritmo estable" y tan sólo un 9,4% proyecta un aumento. Y respecto a la actividad de la construcción, la misma cayó 15,9% en noviembre último con relación al mismo período de 2017, con lo que el rubro comenzó a sentir el impacto de la recesión y la crisis económica.
Sin brotes verdes, la economía argentina transita por la desesperanza en tanto que el 2020 amenaza con el infierno tan temido -como decía el escritor Onetti- de un nuevo default.