Suplemento Economía

El elevado gasto público con un tipo de cambio estable

Por Lic. Agustina Leonardi y Lic. Adriano Mandolesi. - Comienza un año electoral y la dinámica de las variables económicas adquiere una singular relevancia. Las decisiones de los hacedores de política están orientadas a lograr estabilidad en la “macro”, sin sobresaltos en indicadores claves que pongan en riesgo su gobernabilidad. Por su parte, se espera que la expansión fiscal sea utilizada para motorizar la economía e impulsar el consumo de los agentes económicos a través de subsidios y obra pública. 

En este contexto, resulta oportuno analizar el comportamiento de algunas variables macroeconómicas en los años de elecciones presidenciales desde 1993.

Gasto público: se refuerza la expansión.

Cinco elecciones presidenciales se llevaron a cabo desde 1993 hasta 2014. En cuatro de esos cinco años se observa una expansión anual del gasto superior a la de los ingresos, alcanzándose la brecha más amplia en el ejercicio 2011 cuando el incremento de los egresos se ubicó diez puntos porcentuales por encima del de los ingresos (34% versus 24%). Solo en el año 2003, los recursos registraron una variación por encima de las erogaciones.

Variación anual de gastos e ingresos públicos nacionales. Años de elecciones presidenciales

Por su parte, cuando se observa la expansión fiscal anual, se advierte que en los años de comicios es más elevada. Para el período bajo estudio, la mayor suba se detecta para el año 2007 con un incremento anual del gasto público del 34%. Dentro de las partidas presupuestarias sobresalen los aumentos para estos años de las transferencias dirigidas al sector privado en tanto que no puede obtenerse una conclusión similar en los gastos de capital, que si bien suelen aumentar fuertemente en los meses previos a los comicios, en la serie anual muestran un comportamiento irregular.

Variación anual gasto público nacional: 1994-2013. Tipo de cambio: sin sobresaltos. 

Sobre la variación del tipo de cambio nada puede decirse para los años electorales de la década del noventa. Por entonces regía la Convertibilidad y la cotización del dólar estaba fija. Por su parte, el análisis desde el año 2003, muestra que la variación anual promedio desde dicho año hasta 2014 es del 9,1%, lográndose el guarismo más alto el año pasado, con una suba del tipo de cambio oficial del 48,5%. Respecto a los años en los que los argentinos acudieron a las urnas, en todos ellos la variación del tipo de cambio se ubicó por debajo del promedio del período. Es decir, no se vislumbran variaciones significativas en estas épocas, por el contrario, son relativamente bajas e incluso negativas.

Variación anual tipo de cambio oficial: 2003-2014. ¿Qué pasó con las reservas?

En cuanto al nivel de reservas internacionales, no se percibe un comportamiento sistemático en períodos electorales. La variación anual promedio para el período 1993-2014 es del 7,4%, ubicándose las variaciones de los años 2003 y 2007 muy por encima de ese valor mientras que en los demás años electorales del período (1995, 1999 y 2011) la variación se ubicó por debajo del promedio e incluso en terreno negativo, como en el 2011, cuando las reservas retrocedieron un 11% en relación al año previo.

Variación anual reservas internacionales: 1993-2014. Recapitulando.

Los datos anteriores permiten extraer algunas conclusiones de cara al 2015. La expansión fiscal, pilar económico de este modelo, se mantendrá y profundizará en un año electoral. Aunque el deterioro de las cuentas públicas es más que significativo -el déficit fiscal es casi el 6% del PBI- el gobierno no cederá en esta materia. Recurrirá a más emisión y tratará de conseguir financiamiento (externo o interno) como sea, pero no habrá contención del gasto público. Los subsidios, los haberes jubilatorios y la obra pública mostrarán un comportamiento alcista.

En cuanto al tipo de cambio, en ejercicios de comicios presidenciales, no se han registrado importantes variaciones, por el contrario, la cotización del billete verde se mantuvo relativamente estable en estos períodos, con oscilaciones por debajo del promedio. Luego de la devaluación de enero de 2014, el Gobierno está utilizando el tipo de cambio como ancla inflacionaria, y lo fijó en torno a los $ 8,5. En base a la serie analizada y en virtud de recientes declaraciones del ministro de economía, es de esperar que la actual administración no efectúe una devaluación considerable este año, aunque tampoco es factible que pueda mantenerlo en los valores actuales dada la inflación y el evidente atraso cambiario.

Por último, las reservas no exhiben un comportamiento regular en períodos electorales, pero tampoco, salvo en 2011, se perciben contracciones relevantes en esta variable. Es de esperar que el gobierno entonces, procure mantenerlas estables en torno a los valores actuales.


Los autores integran el Centro de Investigaciones Sociales y Económicas de la Fundación Libertad de la ciudad de Rosario.

Autor: REDACCION

Estás navegando la versión AMP

Leé la nota completa en la web