Editorial

El drama español

España continúa hundiéndose, con una crisis fenomenal cuya consecuencia más tremenda es la falta de trabajo, que deja sin posibilidades más que tratar de sobrevivir con un subsidio, a cientos de miles de familias. Por primera vez en su historia, la desocupación alcanzó al 27,1%, constituyéndose además en la tasa más elevada de la Unión Europea.

Los últimos datos, conocidos hace unos días, corresponden al trimestre enero-febrero-marzo tomado por la Encuesta de Población Activa cuyos índices son elaborados por el Instituto Nacional de Estadística, que además de ser oficial es reconocido como el más exacto sobre el desempleo. De acuerdo con esos datos, ese 27,1% de desempleados entre los calificados dentro de la categoría "activos", significa 6,2 millones de personas sin trabajo, habiéndose producido en esos tres primeros meses de 2013 una suba de 237.400 desocupados, y lo que es todavía más grave, que no existen perspectivas de poder quebrar esta tendencia, sino que por el contrario es altamente probable que siga acrecentándose la cantidad de gente sin trabajo. 

La crisis ya lleva 5 años en España, generándose suicidios, desesperación y todo el drama que significa para las familias tener que vivir de prestado. Muchos ajustándose a la absoluta estrechez del subsidio por desempleo, y otros logrando subsistir de prestado por la intervención de familiares y amigos que aún no fueron alcanzados por todo el peso de la crisis.

Hoy España ha pasado a ser el país más afectado de la Unión Europea, y además ese 27,1% de desocupación es la cifra más alta de todos los países desarrollados del mundo.

Como para graficar todavía más el drama, digamos que hay 1.906.100 familias en que todos sus miembros se encuentran sin trabajo, habiendo aumentado esa cantidad en 177.400 en los tres primeros meses del año. Hay 3 millones de trabajadores que ya llevan más de un año sin empleo, en tanto que la desocupación para los menores de 25 años asciende al 57,22%, afectando a 960.400 jóvenes, que también se convirtió en el techo para toda Europa. 

La situación en España es realmente dramática, estimándose que al menos se deberá soportar hasta fin de año, cuando recién podría detenerse el aumento de la desocupación, para recién entonces comenzar la recuperación. Es decir, queda al menos un año en estas mismas condiciones.

Industria en caída

En los primeros tres meses del año la industria experimentó una caída de 1,3%, aun cuando en marzo logró una leve suba de 0,2%, con lo cual lleva enhebrados cuatro trimestres consecutivos en retracción, según datos oficiales del INDEC. La perspectiva es por cierto bastante desalentadora, ya que además y mirando hacia adelante, en la encuesta cualitativa que se hace con los empresarios, el 70,5% de los mismos estima no esperar cambios en la demanda, en tanto que el resto se distribuye en partes similares entre quienes apuestan que se venderá como como los que sostienen que se venderá menos.

Y sobre la toma de personal, un abrumador 98% no tiene pensadas incorporaciones, completándose con el 1,2% que prevé tomar personal y 0,8% que piensa en bajas dentro de su plantel.

Pero como no todas son pálidas dentro de la industria, el mes de marzo reportó una importante novedad como fue el 18,4% de crecimiento en el sector automotor, además de una recuperación de otro rubro muy importante como la construcción, y también la refinación de petróleo. Pero eso no alcanzó para llegar a cifras positivas, pues no compensó las caídas registradas en los sectores textil, alimenticio, siderúrgico, químico y metalmecánico.

Un rubro que llama la atención por su contracción es el de los alimentos, de directo impacto en el consumo, que es lo que más cuida el gobierno, siendo el de mayor descenso el relacionado con la producción láctea que se deslizó 10,1%, donde los entendidos señalan que se debe a los bajos precios internos que estancaron la producción, sufriendo el traslado de parte de la misma a sectores marginales e informales. También tuvieron brusco descenso las bebidas con 6,5% y carnes blancas con 3,6%.

La menor actividad económica también reportó consecuencias en el uso de la capacidad instalada, que en el mes de marzo tuvo un contracción de 2,6 puntos en comparación con igual mes de 2012.

Sin dudas, un panorama complicado, aunque a tono con el resto de la economía, que muestra señales de estancamiento.

Autor: Redacción

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