Editorial

El drama de las adicciones

Sin estadísticas oficiales, el informe de la Universidad Católica Argentina (UCA) le puso cifras al infierno tan temido del narcotráfico y a esa sensación de que el negocio de la droga aumentó en el país en la misma proporción que creció la cantidad de adictos, en algunos casos aprovechando la ineficiencia de las fuerzas de seguridad y los sistemas judiciales y en otros la complicidad de las mismas.  

El informe de la UCA alertó que hay casi 500 mil hogares afectados en todo el país por el consumo de alcohol o las drogas. Se trata de un 3,6 por ciento, equivalente a 459.966 familias -abarcan 1.524.350 personas-, con inconvenientes vinculados a estos dos flagelos. El alcohol es la principal adicción con el 2,7 por ciento y las drogas viene después con el 1,6, mientras que un 0,9% está afectado por ambos.

Al mismo tiempo, el estudio reveló que la venta de drogas en la Argentina tuvo un crecimiento del 50 por ciento durante el período comprendido entre los años 2010 y 2014. 

Bajo el título de "Aumento del tráfico de drogas en los barrios, problemas de adicciones severas en las familias y poblaciones en riesgos", el trabajo estadístico se hizo en base a 5.700 casos consultados. "A lo largo del período 2010-2014 tuvo lugar un incremento en la percepción sobre la existencia de venta de drogas en los barrios. Entre esos años el registro de venta de drogas en los barrios se incrementó un 50 por ciento llegando este reconocimiento al 45 por ciento de los hogares urbanos", reveló el informe. También destacó que "la evolución tuvo un incremento abrupto entre los años 2010 y 2011 para experimentar posteriormente un aumento constante".

La ciudad de Rafaela no escapa a una de las problemáticas que atraviesa a la sociedad argentina toda. Incluso las máximas autoridades de la Municipalidad de Rafaela denunciaron, en cuanta tribuna pudieron, que los vecinos conocen los lugares donde se comercializan drogas sin que las brigadas operativas de la Policía provincial actúen en consecuencia. Así las sospechas sobre inacción, ineficiencia o connivencia no tardan en prosperar, recreando un clima de desconfianza en las instituciones que nada bien le hace a la democracia.

El crecimiento del negocio del narcotráfico permite crear bandas superpoderosas con recursos suficientes para corromper a las fuerzas de seguridad. En Rosario, hay policías detenidos por integrar redes de protección para que las organizaciones criminales puedan operar con relativa tranquilidad. Así, el círculo vicioso refleja un aumento en la cantidad de adictos, más ingresos para las bandas y más dinero para la corrupción policial. 

El reporte de la UCA indica que el sector donde se observaron los porcentajes más altos de consumo fue en la clase muy baja, con 4,7 por ciento de alcohol, 3,1 por ciento de consumo de drogas y 1,8 de ambas. En el nivel bajo hay 2,9 de alcohol, 1,8 de drogas y 0,9 de ambas, mientras que luego le siguen el medio bajo (2,2%, 1,8% y 0,7%) y después el medio alto (0,9%, 1% y 0,2%). 

En el informe, que abarca aglomerados urbanos con 80.000 habitantes o más agrupados en tres grandes zonas (Gran Buenos Aires, Otras Areas Metropolitanas y Resto urbano), también se hizo un relevamiento por sectores de residencia. En ese sentido, los lugares denominados "medio bajos o vulnerables se llevan los números más altos, con 4,5 por ciento de alcohol, 2,5% drogas y 1,6 por ciento de ambos, mientras que en villas y asentamientos precarios los niveles son apenas un poco más bajos (4,3 de alcohol, 2,6 drogas y 1,3 de ambos).

Una de las conclusiones importantes que se da es que la presencia de una adicción severa en el hogar es mayor si hay venta de drogas en el barrio. 

El informe de la UCA se difundió en momentos en que desde la Iglesia católica se lanzan continuas advertencias sobre el avance del narcotráfico en el país, situación por la cual la institución reclamó "un nuevo abordaje" de la problemática.

Los especialistas coinciden en que el consumo de alcohol se transforma muchas veces en la puerta de entrada al mundo de las drogas duras. Es decir, las personas que tomaron bebidas alcohólicas bajan la guardia y están dispuestas a "probar" otras sustancias, lo que se traducirá en una dependencia que, en muchos casos, en sinónimo del infierno mismo. 

Autor: REDACCION

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