Editorial

El drama de la violencia

Cada vez más visible como una problemática social, la violencia contra la mujer aparece lejos de las soluciones mientras se profundiza como un drama que rompe los vínculos en una sociedad que, por momentos, se muestra en estado de descomposición. A esta altura, el concepto de "relato salvaje" permite definir y retratar escenas en distintos ámbitos pero con la violencia como común denominador. 

Discusiones de tránsito que terminan con la muerte, enfrentamientos entre vecinos en el marco de conflictos por el alto volumen de la música o por una medianera, peleas por una cargada en el fútbol constituyen síntomas de una enfermedad crónica sin antídoto por ahora: la violencia.

Así, la frase de ocasión "ya no hay límites" adquiere un nuevo sentido. Observamos a diario situaciones violentas extraordinarias con llamativa naturalidad, con indiferencia y sin capacidad de asombro, ni de indignación ni de reacción. No hay respeto por la ley, ni por las reglas ni por las normas no escritas que son imprescindibles para articular la convivencia en comunidad. El fútbol y la barbarie entregó un nuevo capítulo este último jueves con lo que sucedió en un partido por Copa Libertadores entre Boca y River. Difícil de comprender el comportamiento de las personas que, confiadas en su impunidad, creen ser dueños del derecho de hacer lo que se les dé la gana. 

En estos días conmovió al país y en especial a la provincia de Santa Fe la historia de Chiara Páez, la joven de 14 años que estaba embarazada y que fue asesinada y enterrada en el patio de la casa de su novio, en el marco de un caso escalofriante que día a día entrega nuevas revelaciones conforme el avance de la investigación judicial.

A partir de este nuevo caso de violencia de género, repentinamente nació una campaña a través de las redes sociales que se viralizó para alcanzar nivel nacional: se trata de una convocatoria a una movilización para el 3 de junio. Organizada por padres y madres de mujeres y adolescentes asesinadas, esta iniciativa logró la adhesión de periodistas, artistas y escritoras que respaldaron la propuesta de reclamar frente al Congreso por una ley de emergencia Nacional contra la violencia de género y la implementación efectiva con presupuesto acorde de la ley 26485. Esta norma establece un marco de Protección Integral contra la violencia hacia las mujeres que obliga al Estado a desarrollar un Plan Nacional de Acción para la prevención, asistencia y la erradicación de la violencia contra las mujeres.

En Rafaela, está muy fresco lo que sucedió el 1º de febrero en una vivienda de barrio Sarmiento, cuando Micaela Bordino, de 24 años, recibió un disparo que poco después le causó la muerte. Su pareja, un hombre de 29 años, dijo inicialmente que la mujer se había disparado un arma lo que en principio podía configurar un presunto suicidio, pero las investigaciones y las evidencias reunidas apuntan a que fue el hombre quien disparó, por lo tanto el caso es un nuevo femicidio. Es una de las razones por las cuales en Rafaela también se promueve la movilización que a nivel nacional se viralizó con el nombre "Ni una más". 

En la Argentina, en siete años asesinaron a 1.808 mujeres en situaciones de violencia de género. En 2014 se produjeron 277, de acuerdo al informe difundido en marzo pasado por el Observatorio de Femicidios Adriana Zambrano de La Casa del Encuentro.

Asimismo, más del 80% de las mujeres agredidas no hace la denuncia correspondiente de acuerdo a los datos de un relevamiento elaborado por la diputada nacional (MC) Fernanda Gil Lozano, durante el último semestre. El trabajo señala que poco menos del 20% de las mujeres víctimas de violencia de género se deciden a denunciar a sus agresores, y sólo el 4% lo hace luego de la primera agresión. 

El estudio se basa en un trabajo de campo sobre un total de 11.254 casos obtenidos, a través de encuestas en vía pública, encuentros femeninos, cuestionarios telefónicos y relevamientos de consultas médicas y psicológicas, en el ámbito de doce ciudades. 

Al respecto, Gil Lozano informó específicamente que el 81,5%, unos 9.160 casos, reconocieron no haber denunciado a quienes las maltratan. Sobre el total de esos hechos no denunciados, un 38%, equivalente a 3.488 casos, afirmó que no se animó por miedo a que la situación se agravara, un 32,3%, 2.958 mujeres, aseguró no pedir ayuda por culpa y un 29,7 porcentual, unos 2.720 casos, dijo no haberlo hecho por vergüenza al “qué dirán”.

Por su parte, sólo el 18,5 % de las consultadas, unos 2.082 testimonios, dijo haberse animado a denunciar a quienes las violentaron, pero sólo el 4 por ciento, unos 84 casos sobre ese número, pidió asistencia luego de un primer ataque y el 14,5% restante,1.998 casos, reconoció haber recibido varios ataques antes de buscar ayuda.

Autor: REDACCION

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