Editorial

El Día sin Tabaco

Este martes 31 de mayo se celebra el Día Mundial sin Tabaco, para el cual la Organización Mundial de la Salud eligió como tema central de consideración el Convenio Marco para el Control del Tabaco, el cual es el primer tratado internacional vinculado a la salud pública, proponiendo una importante cantidad de normas para que los países puedan llevar adelante un efectivo control del tabaquismo en sus poblaciones. Lo que sucede, es que aun cuando este Tratado se encuentra en vigencia desde 2005, su implementación es muy despareja en los países que lo ratificaron, razón por la cual la OMS es que resolvió llamar la atención sobre esta situación justamente en este día contra el tabaquismo.

De acuerdo con datos propios que dispone la OMS, y que se difundieron en esta ocasión, a lo largo de este año el tabaco provocará la muerte de 6 millones de personas, de las cuales un 10% de ellas se tratará de fumadores pasivos, es decir, aquellos que no fuman pero que deben soportar el humo exhalado por fumadores directos.

¿Cómo estamos en la Argentina?, pues aquí fallecen 110 personas diariamente por enfermedades causadas por el consumo de tabaco, debiéndose recordar que nuestro país es el único de América del Sur que no ratificó el Tratado de la Organización Mundial de la Salud. Aunque aquí, se han logrado igualmente importantes avances en los últimos años, con la aplicación de restricciones a los fumadores, siendo cada vez más limitados los lugares para fumar libremente. Nuestra provincia de Santa Fe justamente, fue una de las pioneras en ese sentido, con una ley que entró en vigencia hace ya varios años y con resultados muy aceptables, a pesar de los escasos controles para su efectivo cumplimiento, los que estuvieron más a cargo de los propios encargados de lugares públicos y los propios clientes, que las autoridades que deberían ponerse al frente de dicha tarea.

Las restricciones se aplican aquí en nuestro país mediante leyes y reglamentaciones provinciales o municipales, no existiendo todavía una ley nacional, que unificaría criterios. Hace poco se incorporó a los libres de humo la ciudad de Buenos Aires y también la ciudad de Mar del Plata, constituyendo avances muy importantes, que deberán desembocar en una ley nacional, la que se encuentra avanzada en su tratamiento, con aprobación del Senado el año anterior, pero hallándose estancada en Diputados, donde logró avanzar en cuatro comisiones pero quedando estancada en la de Presupuesto, confiándose en que podrá contar también allí con luz verde, y de tal modo convertirse en ley para regular en todo el territorio nacional las restricciones y límites al consumo de tabaco.

Esa ley que aún está en curso de aprobación, toma varios aspectos centrales del Tratado Marco de la OMS, como por ejemplo declarar libres de humo los lugares de trabajo y espacios públicos; obligación de incluir imágenes explícitas en los atados de cigarrillos advirtiendo las consecuencias perjudiciales para la salud por el hábito de fumar; además de prohibir la publicidad del tabaco y la venta de cigarrillos a menores de 18 años.

A todo esto, y en este informal repaso en el Día Mundial sin Tabaco, ¿cómo andamos en Rafaela? Pues muchísimo mejor que hace algunos años, cuando la ley de prohibición comenzó a aplicarse, aunque con bastante timidez en las medidas. Hoy existe amplio respeto por el cumplimiento de los lugares públicos libres de humo, y aun cuando quedan algunas excepciones de sitios que siempre estuvieron en una sintonía de rebeldía, son muchísimos más los que se ajustaron a las normas vigentes, siendo en muchísimos casos los mismos concurrentes quienes se ocupan de verificar cualquier incumplimiento.

Si bien todavía se observa, al menos en algunos lugares, una falta de compromiso en cuanto a la aplicación de las leyes, el avance sobre las restricciones del consumo de tabaco han sido muy importantes, aunque de todos modos no se advierta una baja proporcional en la cantidad de fumadores, ya que el consumo continúa siendo prácticamente el mismo. Pero sí están cada vez más protegidos los no fumadores, que en buena medida resultaban castigados por el humo exhalado de los fumadores, al no existir los espacios libres de humo que hoy sí están vigentes.

Una medida de características ejemplares, que se conoció recientemente, fue la disposición de la autoridad de la ciudad de Nueva York, que impuso la prohibición de fumar en el mismísimo Central Park, un espacio abierto de 320 hectáreas.

Autor: Redacción

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