Suplemento Economía

El día que se paralizó la tierra

FOTO ARCHIVO CORONACRISIS. Todos con barbijo social, cuidamos la salud y después vemos.

Si hace un mes atrás desde estas líneas hubiéramos dicho que la economía iba a paralizarse por un tiempo, por ahora indeterminado, ¿nos hubieras creído? Pero ocurrió y debemos transitar ahora por estos nuevos caminos, situaciones que no vivimos antes, ni tampoco la vivieron nuestros padres o abuelos, por lo que no tenemos quien tenga experiencia para consultarles.

La actual situación de pandemia hace que el Estado deba atender una cantidad de eventos económicos para lo que no estaba preparado. El déficit fiscal del país, es decir la diferencia entre sus ingresos y egresos, va a ser mayor de lo que consideramos deseable para una economía sana. Por un lado le disminuye la recaudación y por otro debe atender las emergencias sociales que se le presentan, estamos hablando de familias y de personas a las que no se les permite trabajar, para cuidarlas de un contagio. La economía se convierte en más pequeña, hay menos operaciones, por las que se paga menos impuestos y el dinero circula entre menos manos. Todo esto lleva un negocio global más pequeño.

El Estado tiene actualmente menos ingresos y más gasto. Cuando hay déficit de las cuentas fiscales, este se financia por diferentes vías. Para visualizar estos caminos de financiación, imagine usted como haría en su economía doméstica para financiar gastos por encima de sus ingresos. Las opciones son, consumir ahorros, trabajar más horas, buscar un segundo trabajo, o también puede pedir un préstamo. En el caso del Gobierno, consumir ahorros sería utilizar las reservas que posee el Banco Central, pero las mismas son escasas y no pueden disminuir más. La opción generar más ingresos en el Estado es aumentar la recaudación de impuestos, esta se encuentra con que no puede recaudar más dado que la economía se está reduciendo como remedio para la pandemia y a las arcas del Estado ingresará menos.

Por el lado de tomar préstamos chocamos con que se abusó del mismo en tiempos anteriores y ahora estamos en una situación donde se negocia como pagar los vencimientos de cuotas anteriores, por lo que también debemos descartar esta opción.

¿Qué nos queda entonces? A diferencia de los individuos, el Estado tiene otra forma de financiación, esta es la emisión monetaria. Al tener la máquina de fabricar billetes el gobierno puede ponerla a funcionar y llegar con esos papeles a la población que vio, de un día para otro, cortada su fuente de ingresos por cuestiones de salud pública.

La emisión monetaria sin respaldo, genera siempre, una suba sostenida y generalizada de los precios, es decir inflación. Pero en esta ocasión no se tiene otro camino y no hacerlo sería peor que la situación planteada. Los últimos datos que tenemos de emisión monetaria que nos proporciona el BCRA, nos muestran a marzo de este año que el crecimiento de la Base Monetaria es del 70%, con respecto a marzo del año pasado. Si la comparamos este valor con el índice de precios, podemos decir que está, como mínimo en un 20% por encima. A la pregunta que nos haríamos sobre si estamos frente a una hiperinflación, respondemos que no la prevemos en el corto plazo. Decimos que la inflación será alta pero no de niveles de hiper, debido a que por un lado cambió la demanda de pesos dado que hay faltantes de efectivo en plaza por la disminución de la velocidad de circulación producida por el parate y por otro lado, el tipo de cambio, en nuestra dolarizada economía, está contenido por el cepo y además el dólar paralelo o blue está alimentado por ventas que se realizan para el pago de obligaciones de las empresas que en algún momento ahorraron y hoy se desprenden de estos.

No imaginamos un tipo de cambio muy por arriba de los cierres de esta semana. Veremos también presiones sobre los precios por la escasez de oferta de algunos productos que van a faltar por efecto también de la parálisis de la economía.

Si te hubiera dicho hace un mes que la tierra se paralizaba, ¿me hubieras creído?

Autor: Guillermo Briggiler

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