El destape
La llegada de la democracia en diciembre de 1983 trajo, entre otras cosas, la aparición de diversas publicaciones y temas periodísticos que hasta ese momento estaban absolutamente censurados y prohibidos.
Uno de ellos fueron las denominadas revistas “para hombres” que exhibían en sus tapas pulposas señoritas (o señoras) escasas de indumentarias y cargadas de insinuaciones, entre otras cosas. La movida se llamó “el destape”, parafraseando la misma realidad que había provocado en España el paso del franquismo a la monarquía.
En Depormes también fuimos parte de esta historia. Entre los clientes aportantes publicitarios figuraba un Motel (telo, albergue transitorio, amueblado, etc.) lo que originó la queja de un ultramontano defensor de las buenas costumbres a través de los ámbitos que siempre utiliza este tipo de moralina.
El tema se nos informó a los responsables y se habló con cierto tono de debate generacional, aunque no llegó a mayores ya que el capitalismo eterno definió el asunto: el anunciante ya había pagado el año entero, en efectivo y por adelantado. Fin de la discusión.

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