Editorial

El deshielo avanza

El deshielo avanza

El deshielo de los dos casquetes polares avanza inexorablemente como consecuencia del recalentamiento global de la tierra, con consecuencias que si bien ya se han comenzado a advertir, tienen todavía un alcance desconocido que puede tener características imprevisibles. Un dato que se difundió recientemente, referido al sector Artico, es que se volvieron a abrir dos pasos navegables, lo cual ocurre por segunda vez desde que toda esa región viene siendo monitoreada desde satélites.

Es que la cubierta de hielo marino del océano Artico es cada vez más delgada, con niveles tan mínimos en algunos sectores que termina cortándose, tal como sucedió en el Pasaje del Noroeste, hacia el norte de Canadá, y la Ruta del Mar del Norte, en el norte de Rusia. Este fenómeno ya se había producido en 2008 y ahora volvió a repetirse con mayor intensidad, siendo las dos únicas veces desde que en la década del 70 se inició el monitoreo en forma satelital, en ambas ocasiones cuando es cada vez más marcado el recalentamiento de la corteza terrestre, debido a los efectos de gases invernadero que provocan enormes deterioros en la capa de ozono, la que protege de los rayos ultravioletas del sol, aunque cada vez menos por las perforaciones sufridas en estas últimas décadas.

Estos datos sobre el deshielo fueron informados por la Agencia Espacial Europea, que hace los relevamientos satelitales, remarcándose que la celeridad de los deshielos viene incentivándose, ya que desde 2007 se ha registrado el deshielo de 4,24 millones de kilómetros.

En unas pocas semanas se alcanzará el punto álgido en cuanto a los niveles de deshielo de cada temporada, estimándose que esta vez sean batidos todos los récords que existen, ya que nunca como ahora se había visto semejante deshielo, al punto de provocar una apertura nunca antes vista en los pasos navegables mencionados.

Si bien las señales hace rato que han dejado de ser tales, transformándose en hechos muy puntuales y concretos como estos que se mencionan en el Polo Norte, el mundo sigue sin reaccionar acorde a la gravedad de la situación, pues las medidas y los llamados grandilocuentes se repiten en cada cumbre climática, pero terminan no aplicándose o implementándose nuevas postergaciones. Mientras tanto, los riesgos son cada vez más acentuados y perceptibles.

Jóvenes que trabajan

Desde esta misma sección editorial, hace poco tiempo, dimos cuenta de un informe sobre 700.000 jóvenes comprendidos entre 15 y 24 años que no trabajan ni estudian, habiéndose conocido ahora otro referido al tema de los jóvenes, elaborado por el Observatorio de la Universidad Católica Argentina, aunque en este caso hace alusión directa al trabajo infantil, merced a un relevamiento sobre 6.400 casos en ciudades de más de 60.000 habitantes.

Se destaca en este informe que el 27% de los comprendidos entre 14 y 17 años -de sectores medios- realizan trabajos en negocios familiares, además de afrontar tareas domésticas, lo cual tiene impacto en sus condiciones educativas, ya que el 20% de esta franja suele faltar al colegio 3 veces mensuales, lo que es el doble de aquellos que no trabajan.

Pero además también se registra el problema de la repitencia, ya que el 21% de quienes se encuentran afectados a tareas laborales tienen atrasos en sus estudios, en tanto que el 8% no asiste a la escuela.

Si se globaliza todo el conjunto de jóvenes, es decir de todas las capas sociales, la proporción de quienes trabajan se eleva a 32,4%, y si se baja la edad de 14 a 5 años, entonces los que trabajan ascienden al 17,6%, destacándose que si bien el trabajo infantil tiene impacto en todas las condiciones sociales, alcanza mayor impacto en las clases más bajas, donde todo tiene más que ver con la necesidad y la pobreza que con el deseo de progresar.

Los lugares del país donde hay mayor participación en el trabajo de chicos entre 5 y 17 años son el Gran Buenos Aires, Gran Córdoba, Gran Tucumán y Gran Mendoza, constituyendo un problema crónico en la Argentina.

La media de horas trabajadas diariamente de los que se incluyen entre 5 y 17 años es de 5,75 por día, mientras que en la franja etaria de 14 a 17 años el promedio se eleva a 6,8 horas diarias.

Autor: Redacción

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