Editorial

El curioso INDEC

El INDEC continúa siendo una poco menos que inagotable fuente de generación de sospechas con los datos que difunde. Es que luego de aquella inicial revelación del 3,6% de inflación del mes de enero, completando luego el 10% para el primer trimestre, aunque no existió coincidencia con el denominado "índice Congreso" que había arrojado para ese lapso 12,4%, dio la sensación de estar ingresando en una nueva etapa de mayor proximidad con la realidad luego de la nefasta etapa de Guillermo Moreno, pero todo comenzó a diluirse con algunos índices que otra vez reinstalaron la sospecha, tanto en inflación como en el ocultamiento de los datos sobre la pobreza, y ahora con lo informado sobre desocupación.

Es que, para sostener la descripción de un país prácticamente ajeno a los problemas, lo que se dio en calificar como "el relato", las estadísticas fueron ajustándose a una realidad poco menos que inexistente, o bien, distorsionada. Tal como ocurre en este caso con el mercado laboral, sobre el cual el INDEC sostiene que en el primer trimestre de este año la desocupación se redujo a 7,1% desde el 7,9% anterior, cuando en realidad, tanto por el efecto negativo de la devaluación de la moneda como por la elevada inflación, el empleo tuvo un impacto negativo que incluso fue en sostenido aumento, viviéndose ahora una oleada de suspensiones, recorte de adicionales e incluso despidos encubiertos. Situación que afecta más sensiblemente a los trabajadores en negro, que son cerca del 40% del total, conformándose de tal manera un escenario muy complicado para el trabajo, donde parece haber reflotado una situación que no existía desde hace mucho tiempo, la prioridad de conservar el puesto de trabajo por sobre las demás aspiraciones, incluso los salariales.

Según explicaciones que se difundieron en tal sentido, ya que llamó mucho la atención que justo en un momento tan complicado se anuncie que se redujo el desempleo, es que hay una mayor cantidad de gente que ha dejado de buscar trabajo por las cada vez más reducidas perspectivas que existen para hallarlo, lo cual es conocido como "factor desaliento". Ecuación simple: como hay menos gente que busca trabajo, para el gobierno bajó la desocupación, haciendo una mirada positiva de algo que en realidad no lo es.

Parte de estas mediciones fallidas tienen también que ver con cierto ocultamiento que se trata de hacer de la fuerte caída que están teniendo algunos sectores productivos, entre los que por ejemplo puede citarse la producción industrial que experimentó un retroceso de 6% en el pasado mes de abril y que en los primeros cuatro meses del año llegó a una acumulación de 3,5% menos en la comparación interanual. Algunos rubros de metálicas básicas también están en retroceso, aunque la mayor magnitud la tuvo el sector automotor con una baja de 21,6% en cuanto a la fabricación de unidades, lo cual se vio reflejado en la caída de 29,7% de las ventas internas y 20,5% de las externas, es decir, las exportaciones.

Tras este superficial repaso de algunos de los aspectos centrales, tenemos como resultado que la industria lleva enhebrados 9 meses consecutivos de disminución productiva, lo cual en otros términos es calificado como estanflación, es decir, la combinación entre estancamiento e inflación, que termina constituyendo uno de los escenarios menos deseados. Lo cual es rechazado desde el marco político por parte del gobierno, y también ocultando parte de la realidad con las estadísticas.

En el aspecto general, las estimaciones que se hacen son que este 2014 la economía experimentará una baja de 1,5%, explicando esa posibilidad la situación por la que atraviesan la industria, la construcción y el comercio, aunque en sentido contrario puede mencionarse el contrapeso que hará la buena cosecha agrícola, si bien insuficiente como para evitar la perspectiva negativa.

Pero además de todo esto, lo que no puede evitarse dentro del repaso es la caída y estancamiento que muestra el consumo, un elemento que ha sido fundamental dentro de los 11 años de gobierno kichnerista para el crecimiento de la economía. Es que tras el drástico giro de la política del gobierno este año, con devaluación, ajuste de tarifas y acuerdos salariales por debajo de la inflación, el mayor perdedor es el consumo, que ya ha dado claras señales de retracción estos meses y que seguramente se agudizará en lo que resta del año.

Autor: REDACCION

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