Suplemento Economía

El contrato psicológico

Cuando una persona es seleccionada para ingresar a una organización, esta última debe preocuparse por generar las condiciones que permitan que se adapte lo mas rápido posible a su nuevo puesto para poder, de esa forma, desplegar su mayor potencial y lograr desempeñarse con eficiencia y productividad.

De manera explícita la relación entre persona y organización se formaliza mediante el contrato de trabajo donde quedan establecidos el cargo a ocupar, las tareas y funciones a desempeñar, las condiciones económicas, los beneficios, la jornada de trabajo y otros detalles.

Pero esa expectativa recíproca entre individuo y organización se extiende más allá de cualquier contrato formal a un acuerdo tácito denominado contrato psicológico, implícito y no escrito.

Las organizaciones remuneran a los trabajadores, le dan seguridad y estatus, esperan un desempeño óptimo y que sus colaboradores obedezcan ante su autoridad, y de modo recíproco el trabajador realiza sus tareas y espera justicia.

Esta reciprocidad, guiada por normas y lineamientos que definen lo que es correcto y equitativo y lo que no lo es, está basada en intereses mutuos.

La empresa persigue objetivos y necesita de personas que contribuyan para el logro de los mismos. Por otro lado las personas consideran a la empresa como el medio para alcanzar sus metas individuales.


Expectativas laborales del trabajador

- Trato personalizado.

- Reconocimientos.

- Buen clima de trabajo.

- Estabilidad laboral.

- Puestos estimulantes y enriquecidos.

- Oportunidades de Promoción.

- Buen ambiente de trabajo. 

- Remuneración justa y equitativa.


Expectativas laborales del empleador

- Sentido de pertenencia.

- Lealtad, buena fe y compromiso moral.

- Resultados que agreguen valor.

- Asistencia, puntualidad y disciplina.

- Responsabilidad, honradez y confianza.

- Trabajo en equipo.

- Creatividad e innovación.

- Respeto sobre los valores organizacionales.


El contrato psicológico, a pesar de no estar escrito en ninguna parte, es determinante de la conducta de las organizaciones, y juega un papel preponderante para el logro de los objetivos tanto individuales como organizacionales.

Autor: José Luis Suárez

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