Suplemento Economía

El Congreso griego aprueba el plan del FMI pese a todo

"Un voto entre las lágrimas del pueblo”, tituló el diario Eleftherotypia. Horas después, el Parlamento estaba envuelto en nubes de gas lacrimógeno, los manifestantes sacaban piedras del suelo de la Plaza Sintagma y las lanzaban contra la policía. Las fuerzas de seguridad corrían a la gente por el centro de Atenas, que se transformó en un campo de batalla. Las protestas se dirigían contra una resolución del legislativo que afirma que pretende salvar a Grecia de la bancarrota mediante un brutal ajuste. Una verdadera paradoja.

Europa en general, en especial los países en crisis como Irlanda, Portugal y España, y los bancos alemanes y franceses repletos de deuda soberana griega cuyos bonos hoy valen menos que el papel en el que están impresos, respiraron aliviados. El peligro de una cesación de pagos y de una grave crisis financiera en el continente parece haberse evitado por el momento. Con la aprobación del programa de ahorros del gobierno –que incluye un severo ajuste mediante un aumento masivo de impuestos y privatizaciones–, el Parlamento allanó el camino para que fluya hacia Grecia nueva ayuda internacional en forma de miles de millones de euros. Aunque el futuro helénico todavía es incierto, sin esos rescates Grecia habría entrado en default a mediados de julio.

El primer ministro Georgios Papandreu superó con la aprobación del Parlamento un obstáculo importante en la lucha por la supuesta salvación de las finanzas estatales griegas. Pero la salvación de Grecia no está asegurada. La Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional sólo ganaron tiempo para armar un nuevo plan de rescate. Tampoco Papandreu puede celebrar, ya que salió herido de todo este proceso. La UE esperaba que los griegos aprobaran el plan de común acuerdo, pero Papandreu prácticamente sólo pudo contar con la aceptación de los legisladores de su partido. Y no sólo eso: los sindicatos declararon dos días de huelga y pararon la economía griega. Y frente al Parlamento, miles de manifestantes se enfrentaron a la policía en un combate callejero que arrojó medio millar de heridos. Nubes de gases lacrimógenos que hicieron por momentos irrespirable el aire y el humo de las llamas en contenedores de basura eran parte del escenario en los alrededores de la Plaza Syntagma.

Los jóvenes se enfrentaron a la policía antimotines que impedía el avance de los manifestantes, quienes presionaban para ingresar al recinto legislativo para impedir la votación del plan de ajuste antipopular. En el momento en que se conoció la aprobación de la ley, un grupo logró llegar al primer piso de un edificio que alberga una sucursal del instituto bancario helénico Eurobank y rompió las ventanas.

Otros jóvenes lograron prender fuego con bombas molotov la sede de Correos, que quedó destruida, y un puesto de policías en el Ministerio de Defensa. El diputado socialista (gobierno) Alexandros Athanasiadis, que el martes prometió votar en contra pero finalmente apoyó la ley, resultó herido levemente al salir del Parlamento.

Si Papandreu logra controlar el endeudamiento nuevo, queda aún una montaña de deudas de aproximadamente 340 mil millones de euros, equivalente al 150% de PBI.

Autor: Redacción

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