Editorial

El complejo sojero

La liquidez fiscal y comercial de nuestro país, tiene su mayor soporte en el complejo sojero, y del mismo depende en mayor medida, ya que en los últimos años el valor de las exportaciones del sector vienen registrando un fuerte aumento, habiendo sido en 2010 del 33% y esperándose que en niveles similares vuelva a repetirse en el presente 2011.

Las arcas del Estado, aun cuando aludan con desdén hacia la cadena sojera, tienen cada vez una mayor dependencia de lo producido del sector, pudiendo citarse por ejemplo que de 2006 a 2010 la participación de las retenciones a las exportaciones pasaron de explicar el 38,2% en el primero de los años mencionados al 54,5% el anterior. Estos números fueron producto de un trabajo realizado por el Instituto de Análisis Fiscal sobre la importancia del sector sojero en los recursos del Estado. Tenemos entonces, que el año pasado más de la mitad de las disponibilidades del Estado tuvieron sus orígenes en todo lo relativo a las ventas del sector agroalimentario.

Desde que los valores internacionales de la soja alcanzaron esta proyección, el único año en el cual hubo una caída en el nivel de las retenciones fue en 2009, producto de la crisis de ese año, aunque rápidamente volvió a los niveles de expansión anterior en el pasado 2010, en tanto que para el año actualmente en transcurso las condiciones vuelven a manifestarse ampliamente favorables, que de acuerdo con las proyecciones que se formulan pueden estar en el orden de los 31.570 millones de dólares. Una suma que significará el 57% del total de los ingresos a las arcas estatales, lo cual refleja con absoluta claridad la trascendencia que tiene en la actualidad la producción del campo, verdadera sostenedora del funcionamiento del Estado.

También el trabajo del Instituto analiza sobre la relación entre derechos de exportación al complejo sojero y el resultado fiscal del sector público nacional, indicándose que al repasarse cada una de las variables se aprecia que mientras en 2005 los derechos de exportación sobre el complejo sojero aportaron un 0,9% del PBI, en 2011 aportarían  un 1,6%, quedando bien expuesto la forma en que va creciendo la participación del sector en el sostenimiento del Estado, y además, la directa relación que en todo este tema tienen los precios de los comodities, ya que en caso de producirse una baja de los valores internacionales, causaría un muy fuerte impacto en las finanzas públicas.

En cuanto al resultado primario del sector público nacional pasaría de un 3,7% del PBI en 2005 a un 0,8% en 2011, siempre y cuando el gasto primario crezca sólo 30% respecto al año pasado.

Tomando punto de comparación entre ambas variables, se advierte que mientras en el año 2005 las retenciones equivalían al 25% del ahorro fiscal primario del Gobierno, en 2010 ya las cifras estaban igualadas, encontrándose explicación en el deterioro que tuvieron los ahorros fiscales, y también porque los derechos aumentaron su importancia relativa.

En cuanto a este año, considerando que el gasto público primario terminará creciendo entre 30 y 35 por ciento, las retenciones al complejo sojero aportarían  fondos como mínimo equivalentes al doble del resultado fiscal primario estimado, lo cual entre otras cosas, pone al descubierto el deterioro fiscal.

La gran diferencia sin dudas la hacen el aceite y la harina de soja, por la significación de sus altos valores, habiendo alcanzado su más alta participación en 2007 cuando fue de 52,3% del total de lo exportado por el complejo sojero. De todas formas, en un análisis desagregado dentro del propio complejo, los productos procesados son los que mayor aporte hacen en el total de las ventas al extranjero, lo cual queda claramente expuesto en las estadísticas de los últimos cinco años, en los que los productos primarios correspondieron al 24% del valor total de las exportaciones, en tanto el restante 76% fue aportado por los productos procesados. Una diferencia muy marcada, que habla de la significación que tiene el valor agregado.

 De todas maneras. y más allá de todas las estimaciones que puedan hacerse, los números respaldan de manera contundente la importancia que tiene el complejo sojero dentro de la estructura financiera del país, respaldando el uso del calificativo sojadependiente, que se ajusta a la realidad actual.

Autor: Redacción

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