Editorial

El cepo como un síntoma

Con las elecciones presidenciales que se aproximan en el horizonte electoral de la Argentina, comienzan a tomar forma los temas de la agenda que marcarán la campaña de los candidatos presidenciales. En menos de cinco meses se realizarán las elecciones primarias nacionales que definirán la grilla definitiva de candidatos para las generales del 25 de octubre y por tanto los distintos aspirantes a conducir los destinos del país buscan fijar posturas respecto a los ejes temáticos de la Argentina actual. Narcotráfico e inseguridad son algunas de las problemáticas que atraviesan la discusión política en todos los órdenes y niveles del país. La crisis económica y sus diversas expresiones también componen, ineludiblemente, el debate electoral. 

En este caso, la maraña de subsidios a la energía, el transporte y lo social alimentan las manifestaciones de los principales candidatos, como así también las restricciones establecidas por el Gobierno nacional en el mercado cambiario, un sistema que se conoce como un cepo que limita el acceso básicamente a los dólares, la moneda extranjera con mayor demanda que se utiliza como ahorro en una economía inflacionaria donde el peso pierde poder en forma cotidiana, para financiar viajes al exterior o para pagar importaciones. 

Al respecto, mientras el Gobierno nacional ni sus principales candidatos arriesgan una posición sobre el eventual desmontaje del cepo, Mauricio Macri y Sergio Massa buscan mostrar que tienen la receta para desmantelar el mecanismo instaurado ante la escasez de reservas en el Banco Central y de dólares en la economía, que se agudizó a partir de crecientes déficits del sector público y del mercado energético que obligó a importar combustibles para cubrir la demanda sostenida, en parte por la política de precios subsidiados para todos. 

Está claro que el cepo cambiario es uno de los síntomas sobre los problemas económicos que padece la Argentina. Al analizar esta cuestión en su último informe, la consultora Economía & Regiones resaltó que "el actual proceso estanflacionario en el cual Argentina está inmersa se inició luego del establecimiento del cepo y a fin de 2015 cumplirá 4 años, es decir, si bien la estanflación es consecuencia de las políticas (fiscal, monetaria y de ingresos) económicas inconsistentes, no hay duda que el sostenimiento y la intensificación del cepo son grandes responsables de la actual coyuntura macroeconómica de nuestro país".

Ante este complejo contexto, anticipó que "la próxima administración deberá salir del cepo para que nuestra economía pueda retornar al sendero del crecimiento económico" a la vez que remarcó que "es requisito fundamental que se elabore un plan económico integral capaz de generar las condiciones necesarias para poder eliminarlo".

Con respecto a los costos del cepo a los dólares, indicó que con el modelo de tipo de “cambio competitivo” culminado, luego de haber ganado las elecciones por tercera vez consecutiva, el gobierno podría haber corregido el descontrol fiscal y monetario para evitar la devaluación brusca de enero de 2014 y la situación actual de estancamiento con inflación. El reporte afirma que "la estanflación que padece nuestro sistema económico se caracteriza por una contracción de la inversión de las firmas que arremete contra la oferta agregada y el mercado laboral" y advierte que "lo grave de este proceso es que no sólo afecta al ingreso corriente, sino que la constante caída del gasto en inversión de las empresas también aqueja al stock de capital, poniendo en jaque el crecimiento de largo plazo, y sobre todo, el nivel de los salarios y las condiciones de vida de la gente".

Asimismo, identifica al sector inmobiliario como otro sustancialmente afectado por la imposición del cepo. En tal sentido, señala que "el principal problema que afecta al mercado inmobiliario son las restricciones a la demanda de divisas, el desdoblamiento del tipo de cambio y la incertidumbre cambiaria". Explica que antes del cepo, parte del boom de commodities y la afluencia de dólares a nuestro país se canalizó mediante la construcción y el mercado inmobiliario. 

En sus conclusiones, la consultora enfatizó que "el cepo al dólar rompió este canal de transmisión, en primer lugar porque impidió que el público acceda libremente al mercado de divisas para concretar las transacciones inmobiliarias, en segundo lugar porque falló el intento de pesificar el mercado inmobiliario y en tercer lugar porque el desdoblamiento del tipo de cambio encareció el precio de las propiedades en pesos".

Si bien el Gobierno nacional no descarta regresar a los mercados internacionales para financiarse, la incertidumbre por el conflicto con los fondos buitre constituye, en cierta medida, un obstáculo. De todos modos, la liquidez que se observa en el mundo de las finanzas y el inminente fin de ciclo del actual Gobierno podrían ser una luz verde para que el país vuelva a tomar deuda, aunque necesariamente debería pensarse en un plan consistente para desarticular en forma gradual el cepo. 




                                                                    

Autor: REDACCION

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