Editorial

El caso bolivariano

El presidente de Venezuela Nicolás Maduro, está trasponiendo límites que ni siquiera su antecesor Hugo Chávez se había atrevido, lo cual es al parecer una clara muestra de incapacidad y falta de liderazgo para poder enfrentar una crisis, que ha puesto a los habitantes de la nación bolivariana en condiciones de vida sumamente complicadas. Uno de esos aspectos a los que nos referiremos es el relacionado con censura sobre la prensa, habiendo creado un organismo con el pomposo nombre de Centro Estratégico de Seguridad y Protección de la Patria, que será el encargado de aplicar la censura sobre los medios de comunicación, en realidad los muy pocos que quedan sin haber sido alineados con el gobierno.

Este nuevo órgano del gobierno de Maduro, que tuvo contundentes expresiones de repudio tanto en la propia Venezuela como desde el resto del mundo libre, tiene la potestad de determinar aquellas informaciones que presuntamente desestabilizan o atentan contra la seguridad nacional, como puede ser por ejemplo -tras concretarse una de sus primeras intervenciones- haber considerado desestabilizadora una información de un diario dando cuenta del desabastecimiento de alimentos, que es una realidad que afecta a toda Venezuela, ya que las góndolas vacías es una característica generalizada.

Este Centro Estratégico no se encuadra dentro de ninguna de las condiciones constitucionales, sino que responde a un ente político partidario denominado Dirección Político Militar de la Revolución Bolivariana alineado con el gobierno de Maduro, quien de tal manera seguirá teniendo los problemas muy graves que hoy afectan a Venezuela, no los solucionará, pero en cambio tratará de ocultarlos. 

El decreto mediante el cual fue creado este ente que ejercerá un absoluto control sobre la prensa, siendo en realidad una muy directa manera de ejercer la censura, dice en uno de sus articulados que "el presidente podrá declarar el carácter de reservada, clasificada o de divulgación limitada a cualesquiera información, hecho o circunstancia que en cumplimiento de sus funciones tenga conocimiento". En pocas palabras, Maduro puede hacer lo que se le ocurra con la prensa, y habiendo visto cómo se ha comportado en este primer tramo de su presidencia, no es difícil suponer que se extralimitará en sus intervenciones.

A esta altura, debemos recordar que el modelo bolivariano imaginado por Chávez y desde su muerte seguido por Maduro, fue fuente de inspiración para su aplicación aquí en la Argentina, si bien no pudo aplicarse integralmente por las trabas surgidas en la Justicia a raíz del planteo de inconstitucionalidad que hizo el Grupo Clarín, y que justamente ahora estaría por resolverse en el seno de la Corte Suprema.

La primera aplicación de control y censura por parte del Centro Estratégico fue hace unos días solamente -recordemos que el organismo fue creado el 7 de octubre, siendo por lo tanto bien reciente-, cuando al presidente Maduro no le gustó un titular del "Diario 2001" dando cuenta que los usuarios estaban haciendo largas colas para abastecerse de nafta en Caracas y que en el interior del país los suministros de combustibles se habían reducido. Bien al estilo de este curioso Presidente que en el poco tiempo que lleva en el cargo tuvo errores realmente garrafales, algunos de ellos risueños dejando en evidencia su falta de preparación y sustento para desenvolverse en una función de estas características, calificó el titular del diario de "grosero y cochino", pidiendo que el redactor responsable sea llevado a la cárcel, reclamando al país y sus instituciones que se debía reaccionar a tiempo contra esta clase de situaciones que ponían en peligro el desenvolvimiento de Venezuela.

Como el ridículo cuando comienza no tiene límites, el presidente "del pajarito" aseguró que el titular del diario respondía a un plan para sabotear el "sistema de distribución de gasolina" en el país, calificando de "delincuentes" a quienes atacaban a Venezuela de esa manera. También aquí pueden encontrarse similitudes con las acusaciones de "destituyentes" utilizadas en nuestro país, para cuanta expresión era adversa a los intereses del gobierno.

Otros países de la región, como Ecuador y Bolivia, también tienen sistemas muy estrictos de control de la prensa.

Autor: REDACCION

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