Editorial

El caso Angola

Días atrás se cumplieron dos años de aquella exótica gira comercial a Angola, organizada por el entonces inefable secretario de Comercio Guillermo Moreno y encabezada nada menos que por la presidenta Cristina Fernández, integrada por un numeroso contingente de empresarios y pseudos empresarios que, supuestamente, iban a conquistar un nuevo mercado para la exportación de productos, entre ellos no tradicionales, y otros, surgidos de ámbitos más que extraños, como por ejemplo calzado y vestimenta de La Salada, la conocida feria trucha que no sólo es tolerada a pesar de la competencia desleal con otros comercios ajustados a las normas y gravámenes que deben tributarse, sino que en este caso, promocionada para vender en el exterior.

Hubo además, otro elemento emblemático como el prototipo de la cosechadora fabricada por empresarios entrerrianos que terminó quebrando recientemente, de las cuales se iban a vender 18 unidades a los angoleños. Un verdadero fiasco, ya que los préstamos obtenidos del gobierno de Entre Ríos, se destinó parte para el prototipo para mostrar como engaño, sin siquiera llegar a fabricar una sola cosechadora.

Pero eso no fue todo, estuvieron también las vacas llevadas por el empresario y dirigente ruralista Ider Peretti de Morteros, con la polémica generada por el ejemplar campeón que fue exhibido en aquellas tierras africanas, pudiéndose agregar desde casas prefabricadas, motoniveladoras, hasta golosinas de toda clase. Fue, en realidad, un "arca de Moreno" como alguien llegó a calificarlo en aquella oportunidad, remedando al arca de Noé. Toda una curiosidad, en la cual fue embarcada nada menos que la propia Presidenta de la Nación, en lo que hoy es recordado como uno -entre muchos otros- de los grandes fiascos de la administración kirchnerista en estos once años.

La realidad establece que el fracaso fue absoluto, no sólo por lo que se esperaba, sino que incluso desde entonces la relación comercial ha ido mucho peor. Veamos, en 2011 antes de esta "misión Angola" las exportaciones argentinas a ese país era de 221 millones de dólares anuales, ahora se redujeron un 43%, siendo las ventas un 90% de productos agrícolas, 3,4% automotores, 3% bienes de capital y 1% metales.

Dentro de toda esta perspectiva ya mencionada, cabe destacar que las escasas operaciones comerciales que se concretaron, resultaron una verdadera odisea en su desarrollo, especialmente al momento de tener que cobrar lo vendido, presentándose todo un rosario de problemas. Es que en Angola no existe seguridad jurídica, las reglas son pocas y no se cumplen.

Angola, ese exótico destino es además, y por sobre todas las cosas, un país de altísimos niveles de corrupción, que se filtra en todos los niveles, tanto públicos como privados. Su presidente es Eduardo Dos Santos, quien gobierna -es sólo una forma de decir- desde hace 35 años, pues impuso un régimen de claras evidencias totalitarias, signado por el autoritarismo, y por esta clase de manejos irregulares en las operaciones comerciales, de las cuales fueron víctimas los argentinos de esa misión. La cual, desde el vamos y conociendo aspectos de su organización, estaba signada por el fracaso, que luego se dio de manera contundente.

A dos años vista, el balance sobre aquella experiencia a Angola es realmente lapidario. Lo fue en un primer momento, pero ahora, vistos los resultados a la distancia, todo ha sido mucho más lamentable. En cierta manera, acorde a los manejos que se hicieron todos esos años en que la economía del país estuvo en manos de Moreno, con consecuencias realmente nefastas para el país, lo cual es ahora advertido en total dimensión, incluso con el gobierno tratando de ocultar, o bien disimular, muchos temas realmente graves.

El caso angoleño es sólo uno entre tantos, pero sin dudas muy gráfico y representativo. La gira comercial en cuestión, encabezada nada menos que por la Presidenta de la Nación -incluso con todos los riesgos que se corrían- fue una mezcla muy heterogénea, ya que es cierto que hubo empresarios que no sólo invirtieron en gastos, sino que fueron con intenciones serias y responsables, pero también hubo otros que actuaron de manera totalmente distinta, incluso para tratar de engañar a los angoleños. Así les fue.

Autor: REDACCION

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