Editorial

El canal de Suez

El canal de Suez
La gravísima crisis que vive Egipto, parte de una situación que afectó a buena parte de los países árabes controlados por gobiernos que se vienen extendiendo indefinidamente en el tiempo, reactualizó el interés por el canal de Suez, y su fuerte influencia en el comercio mundial.
Es interesante entonces, repasar datos y precisiones sobre esta colosal obra de ingeniería, más aún en el momento en que fue construída, considerando los reducidos avances tecnológicos que se disponían en ese tiempo. Su inauguración data del año 1869, siendo su función el posibilitar el paso de los barcos, ya que de lo contrario deberían pasar por el cabo de Buena Esperanza, que les significaría recorrer 9.000 kilómetros adicionales.
Si bien el tiempo le ha impuesto algunas limitaciones, este Canal continúa siendo hoy en día una de las obras fluviales de mayor importancia en el mundo, aun cuando por allí ya no alcanzan a pasar -debido a sus dimensiones- los superpetroleros de más reciente generación. Es que los navíos que transportan el petróleo fueron siendo cada vez más grandes, llegando ahora a una dimensión que el Canal ya no admite.
Egipto, hoy convulsionado como nunca antes en el tiempo moderno había sucedido, es el propietario del Canal desde el año 1956, cuando el entonces coronel Gamal Abdel Nasser -antecesor en el poder del hoy tambaleante Hosni Mubarak- nacionalizó la Suez Canal Company.
Junto al turismo y el petróleo, el Canal es una de las fuentes de ingresos considerable que tiene Egipto, debido al canon que deben pagar los buques que cruzan del Mar Rojo al Mediterráneo, que en el año 2010 significaron para las arcas del país un ingreso de 4.800 millones de dólares.
Cada día pasa por el Canal una cantidad de 2,4 millones de barriles de petróleo, lo cual significa algo así como el 5% de la producción mundial.
Un dato relacionado con esta convulsionada actualidad que atraviesa Egipto, es que si bien el Canal no ha sido cerrado y las naves continúan pasando por allí, la crisis hizo elevar el precio del petróleo a 100 dólares el barril, ya que las protestas populares se están extendiendo hacia otros países petroleros, creciendo la preocupación en cuanto a la posibilidad de una interrupción en la producción y exportación. Y además, luego de afianzarse la recuperación económica que motorizó la demanda, el precio del crudo viene incrementándose desde hace dos meses, fogoneando aún más el precio el agregado de esta crisis.
Es que si bien la utilización del Canal afortunadamente no se ha visto alterada, existe la posibilidad que lo sea en caso de aumentar la ola de reclamos y violencia que cubre el país. El riesgo en realidad existe, y así lo dejan trascender los analistas internacionales, quienes advierten sobre esa situación, impactando directamente en el precio del petróleo, que podría experimentar una estampida de hacerse realidad algunos de esos agoreros pronósticos.
Suez ya fue escenario de fuertes protestas, aunque sin llegarse a afectar las áreas administrativas y funcionales del Canal, pero en cambio los puertos de Alejandría y Damietta ya experimentaron alteraciones en su normal funcionamiento debido a la convulsión popular, que no pudo ser contenida en estos sitios. De darse lo mismo en Suez, el impacto que alcanzaría en todo el mundo sería tremendo.
En caso de producirse un cierre temporal del Canal, el transporte de petróleo hacia Europa se atrasaría dos semanas, ya que los barcos deberían hacer el recorrido por el cabo Buena Esperanza. Ahí nomás tendríamos la primera repercusión seria, con dos semanas de falta de provisión, además del encarecimiento por el costo de la transportación, mucho mayor por la añadidura de 9.000 kilómetros adicionales, que supera largamente el arancel que se debe abonar por el uso del Canal.
Ni hablar lo que significaría un cierre de este paso naval por un tiempo prolongado, ya que la afectación de la economía sería muy significativa. Existen antecedentes sobre el tema, pues cuando la contienda bélica entre árabes e israelíes el Canal dejó de funcionar entre 1967 y 1975, con ambas fuerzas enfrentadas, una de cada lado del canal.
Justamente ese cierre que se prolongó durante 8 años, hizo que los astilleros comenzaran a construir navíos mucho más grandes, excediéndose a los 24 metros de profundidad y 205 metros de ancho que establece como límites el canal.


Autor: Redacción

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