Editorial

El campo se puso firme

A partir de mañana y hasta el próximo jueves, el campo realizará una medida de fuerza, como respuesta al aumento de las retenciones a los productores sojeros, que el Gobierno decidió pasar del 30 al 33 por ciento.

Antes de conocerse esta medida, ya se podía advertir un malestar en el sector, que se vio reflejado en concentraciones y movilizaciones en diferentes ciudades, con un importante respaldo.

No hubo paros en aquellas primeras manifestaciones en contra de la política que vienen llevando adelante distintos estamentos gubernamentales, con la finalidad de incrementar la recaudación y reducir el siempre preocupante déficit fiscal.

Se sucedieron las reuniones de los productores rurales, tanto con el presidente Alberto Fernández, como con el ministro Luis Basterra, de Agricultura.

Hubo intentos de acercamiento entre las partes, pero la solución no llegó al cabo de esas negociaciones y el agro decidió paralizar sus actividades durante cuatro días.

Sin embargo, en esta oportunidad, se produjeron algunas fracturas, a raíz de las diferentes posturas de los máximos referentes de las entidades ruralistas, que expusieron pensamientos diferentes, aunque prevalecieron aquellos que se quieren hacer oír con firmeza.

Quienes sostienen esa postura, confían en recibir el apoyo incondicional de los que están alineados con sus respectivas bases y en ese aspecto ya afirman que esa medida de fuerza tendrá un elevado acatamiento.

Dentro de la complejidad de la situación que generará el paro de actividades, quienes están convencidos que responden a las inquietudes de los trabajadores de un sector clave en la productividad, adelantaron que no habrá cortes de rutas durante las protestas.

De esa manera, pretenden llevarle tranquilidad a quienes utilizan esas vías de comunicación para desempeñar sus tareas específicas, como los transportistas, en sus distintas expresiones, tanto de cargas como de pasajeros.

También, con esa decisión, se apunta a no generar mayores dificultades y al mismo tiempo dejar una puerta abierta de cara a futuras negociaciones con el Gobierno.

Claro que debe tenerse en cuenta, a horas de iniciarse las cuatro jornadas de paro, que desde la vereda opuesta, ya se escucharon algunas definiciones que por el tono de las críticas, tensaron la cuerda.

Los casos más preocupantes, son los de Oscar Parrilli y Juan Grabois. El actual senador, históricamente alineado con el sector más duro del kirchnerismo, fue demasiado lejos cuando afirmó que "es un orgullo" que los primeros que se manifiesten en contra del Gobierno sean los productores.

El dirigente social fue más lejos todavía al hacer referencia a los "parásitos" del campo, que tienen una representatividad de apenas el uno por ciento y quieren seguir manejando el país, además de sostener que "si no los borramos de una vez, no avanzamos".

El enfrentamiento ya se declaró y nadie está en condiciones de precisar hasta dónde puede extender el conflicto, que por ahora generó tantas adhesiones como rechazos.

Todos coinciden al momento de recordar lo ocurrido en 2008, en el segundo mandato de la hoy vicepresidenta Cristina Fernández, cuando la famosa Resolución 125 dividió a los propios legisladores y terminó con aquel recordado "mi voto no es positivo" de Julio Cobos.

La ruptura entre la entonces Presidenta y el mendocino, que desempeñaba el cargo de Vicepresidente, llegó a tal extremo que ya no hubo más diálogo entre las dos máximas autoridades del Gobierno.

Hoy, el panorama es diferente. Al menos es lo que se puede visualizar desde la imparcialidad. Alberto y Cristina se mostraron coincidentes en la mayoría de los temas de actualidad y se espera que no se produzca una fractura por esta medida de fuerza que decidió realizar el campo.

Al margen de las posiciones encontradas que ya señalamos, está claro que la primera lectura permite efectuar un análisis contundente.

Los productores agrarios no quieren volver a padecer los hechos que hace doce años los condujeron a protagonizar una lucha que tuvo momentos de excesiva rispidez y que terminaron provocando las más variadas reacciones.

No debe olvidarse, que al margen de la legitimidad de los reclamos, también se cometieron excesos que no sería oportuno reiterar en esta oportunidad, porque los cortes de rutas que se realizaron en aquellas movilizaciones, en definitiva, provocaron dificultades a otros trabajadores, que hicieron conocer sus quejas por la aplicación de una estrategia que no fue la más acertada.

Desde mañana, empezarán a circular las primeras evaluaciones, que como es normal en este tipo de circunstancias, variarán de acuerdo con la óptica con la que se analicen, aunque para tener mayores precisiones será necesario aguardar hasta el próximo jueves, cuando finalice la medida de fuerza.

Autor: REDACCION

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