Editorial

El campo está en crisis

Maltratado, desatendido y hasta demonizado por el Gobierno nacional, el campo y sus distintos sistemas de producción transitan por estos días una tormenta sin demasiada ayuda, por lo que nuevamente se respiran aires de protesta contra la política oficial hacia el sector, o quizás, en reclamo de una verdadera política para el el sector que permita instaurar el modelo ganar - ganar como le gusta decir a la presidenta, Cristina Fernández de Kirchner. Es que en medio de una coyuntura adversa con recesión, alta presión impositiva, atraso cambiario y en la cual la inflación eleva sin pausa los costos de producción, es muy difícil esquivar a la crisis.

En este contexto es comprensible que la Mesa de Enlace, en la que confluyen las entidades más representativas del sector agropecuario argentino, vuelva al primer plano para advertir sobre las "graves consecuencias" que las políticas agropecuarias implementadas por el gobierno generan sobre los productores y al mismo tiempo lanzar un nuevo plan de lucha. La primera escala de esta agenda de actividades será el jueves próximo con una jornada de esclarecimiento en la que se buscará exhibir cuáles son los efectos de la crisis que están atravesando las actividades productivas, en especial las economías regionales y la lechería.

La baja en el precio del litro de leche que la industria resolvió unilateralmente y que encendió un conflicto en esta región, a la que se concibe como una de las cuencas lecheras más importantes de Sudamérica, constituye una de las caras de la crisis sectorial. En este sentido, la Mesa Nacional de Productores de Leche (MNPL) adelantó que una medida que realizarán los tamberos será suspender la entrega de leche a la industria durante 24 horas.

Además de los lecheros, los vitivinicultores, los laneros de Tucumán, los tamberos, los fruticultores del Alto Valle de Río Negro, los productores del citrus de Entre Ríos son algunos de los exponentes de la crisis de las economías regionales.

El economista Jorge Day del instituto Ieral de la Fundación Mediterránea, advirtió en un estudio que 2015 apunta a ser un "año difícil" para las economías regionales. El especialista consideró que "la combinación de progresivo atraso cambiario interno con precios internacionales en descenso, deriva en caídas del orden de 50 % en indicadores de rentabilidad, tomando 2006 como referencia, para una buena parte de los productos emblemáticos de las economías regionales".

En su reporte, explicó que "la inflación registrada a posteriori de la devaluación del peso de enero de 2014 terminó anulando el intento de recomponer precios relativos, al tiempo que en el mercado mundial predominó la tendencia negativa en las cotizaciones". Asimismo, puntualizó que de 20 productos monitoreados, sólo cinco registran mejoras en los precios internacionales respecto de diciembre de 2013, en tres se advierte estabilidad y caídas "significativas" en doce. A esto agregó que "la pérdida de competitividad se agrava por la divergencia del recorrido del tipo de cambio real de Argentina con el de países vecinos, que son competidores y clientes, a la vez, en muchos de los productos considerados".

Para Day, cuando el dólar oficial se atrasa frente a la inflación, pasa a ser una preocupación para exportadores y productores regionales, porque sus costos en dólares crecen. Este hecho puede verse compensado si aumentan sus precios internacionales, pero esto no ocurre en la mayoría de los casos como sucede con el caso de las peras y manzanas del Alto Valle de Neuquén que ya tienen competencia en Brasil de frutas europeas más baratos.

Sin embargo, advirtió que en función de "las condiciones políticas, el gobierno nacional hará todo lo posible por evitarlo, para no alterar el mercado interno" y llegar con margen al final del mandato en diciembre.

La ganadería y la industria frigorífica quizás representan el emblema del daño ocasionado por las políticas equivocadas del Gobierno nacional para el sector agropecuario. Esta semana, la Cámara de Industria y Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (CICCRA) expresó que las consecuencias negativas de la política económica que implementó en los últimos años el gobierno nacional van creciendo en cantidad y visibilidad. La primera es que la política antiganadera provocó la caída del stock ganadero en 12,3 millones de cabezas entre 2007 y 2011, año en el cual comenzó una tibia recuperación que alcanza hasta el momento 3,6 millones de cabezas. "En el año que acaba de finalizar todavía contábamos con casi 9 millones de cabezas de ganado vacuno menos que en 2007", alertó.

La entidad enumeró más causas de la crisis: "el esquema de administración total del tipo de cambio y del mercado cambiario, junto con una política monetaria súperexpansiva, subordinada totalmente a una política fiscal también muy expansiva, terminó por colocarnos en un contexto de muy alta inflación que carcomió progresivamente la competitividad de nuestra carne en los mercados internacionales".

Autor: REDACCION

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