Mientras el mundo entero prioriza por estos días la búsqueda de una cura para el coronavirus que acumula casi 70 millones de contagios y más de un millón y medio de víctimas fatales, la agenda global parece haber puesto más atrás las problemáticas ligadas al medio ambiente. Un error que quizás lamentemos en el futuro cercano y que pagarán las generaciones que vienen, quizás los chicos que ya van a la escuela en la actualidad. Si en este espacio nos quejamos de la falta de capacidad de construir consensos que exhibe la Argentina para acordar un modelo de desarrollo sustentable que mejore la calidad de vida de nuestra gente, a nivel mundial ocurre algo parecido: los líderes políticos no logran concertar un plan de acción en defensa del planeta que habitamos.
Periódicamente se suman nuevos elementos que aumentan la preocupación entre aquellas personas sensibles que buscan preservar lo mejor posible la tierra, el aire, el agua y la biodiversidad para garantizar la continuidad de las especies, entre ellas la del hombre. Una pena que la acumulación de datos que alertan sobre el avance del deterioro del medio ambiente no dispare la acción conjunta de las instituciones a cargo de la gobernanza mundial.
Un nuevo estudio revela que le mes que acaba de terminar hace nueve días fue el mes de noviembre más caluroso jamás registrado en el mundo. Así lo consignó que el servicio Copernicus coordinado por la Comisión Europea sobre el cambio climático, con un promedio de 0,13 grados más alto que el récord anterior y 1,28 grados por encima de la era preindustrial. Según los análisis de este servicio, las temperaturas de noviembre de 2020 fueron 0,77 ºC más altas que en la media de los 30 años comprendidos entre 1981 y 2010, y superaron en 0,13ºC al anterior récord, alcanzado en 2016 y 2019.
En su balance climático mensual, Copernicus advirtió que el período de doce meses comprendido entre diciembre de 2019 y noviembre de 2020 presentó unas temperaturas 1,28 ºC superiores a las de la era preindustrial. De 2015 a 2020 fueron los seis años más calurosos jamás registrados, una cifra que acerca al planeta al primer umbral fijado por el Acuerdo de París sobre el clima, que esta semana cumplirá 5 años.
El pacto, firmado en 2015 por cerca de 200 Estados que se comprometieron a reducir sus emisiones de gases con efecto invernadero, persigue contener el aumento de las temperaturas por debajo de los 2 ºC, y si fuera posible por debajo de 1,5ºC, para limitar el devastador impacto que tendrían las tormentas, sequías y otros episodios. El planeta gana, de media, 0,2 ºC cada década desde finales de los años 1970, señaló Copernicus, el programa de Observación de la Tierra de la Unión Europea.
El calentamiento global está cerca de los 1,2 ºC y 2020 no parece que vaya a invertir la tendencia, según esta organización. Por su parte, la Organización Meteorológica Mundial (OMM) anunció que 2020 se encontraría en el podio de los años más cálidos. De 2015 a 2020 fueron los seis años más calurosos jamás registrados. Los datos provisionales lo sitúan, de momento, en segundo puesto, por detrás de 2016, pero la diferencia es tan poca que la clasificación podría cambiar.
Al agregar los nuevos datos de noviembre, "2020 está todavía más cerca del récord de 2016", anunció Copernicus. Estos récords están el línea con la tendencia, a largo plazo, del calentamiento del planeta, declaró Carlo Buontempo, director del servicio europeo Copernicus sobre el cambio climático, quien instó a los dirigentes a ver estos récords como señales de alarma y a buscar las mejores formas de respetar los compromisos del acuerdo de París.
Los activistas contra el cambio climático esperan, además, que la cumbre organizada este sábado por la ONU y el Reino Unido con motivo del 5º aniversario del acuerdo de París sirva para dar un nuevo impulso a las metas marcadas para combatir el calentamiento global. Las temperaturas fueron especialmente altas en noviembre en Siberia, el océano Ártico, parte de Europa del Norte y de Estados Unidos, América Latina y el oeste de la Antártida.
En este escenario, Australia ya ha registrado su primera ola de calor, con 48 ºC en Andamooka, en Australia Meridional, y nuevos incendios forestales en la Isla Fraser, incluida en el patrimonio mundial de la Unesco. Europa vivió su otoño más cálido jamás registrado, con unas temperaturas alrededor de 1,9 ºC más altas que en el periodo de referencia, y 0,4 ºC superiores al anterior récord, de otoño de 2006.
Los datos recientes muestran que las concentraciones de gases de efecto invernadero alcanzan niveles récord y un empeoramiento de los impactos climáticos, como incendios forestales, huracanes, contaminación del aire, sequías e inundaciones sin precedentes, que destruyen vidas, empleos y negocios. Por eso urge impulsar una acción y ambición climática mucho mayor.