Suplemento Economía

El brete y la híper

Para que una moneda sea considerada tal, se deben cumplir tres características, ser considerada unidad de medida, medio de pago y reserva de valor. Nuestro Peso Argentino ha dejado de ser unidad de medida, dado que muchos precios, en especial los de los artículos más costosos, cotizan en dólares. Es común recibir una factura pro forma de maquinarias o una tasación de un inmueble o el precio de un vehículo, expresando su valor en dólares, con el propósito de evitar tener que cambiar el precio del mismo con una periodicidad que muchas veces no alcanza con ser mensual.
Muchas operaciones que se pactan en otra moneda, también se cancelan así, en dólares. A esta causa le debemos sumar la inexistencia de billetes de alta denominación, el de mil pesos equivale aproximadamente a 4 dólares, tomando la cotización del viernes de los dólares no intervenidos, por lo que se hace muy incomodo cancelar en moneda local cuando hablamos de bienes duraderos y onerosos. Esto hace que tampoco se cumpla la condición del peso de ser medio de pago.
Respecto a la característica de reserva de valor, con una inflación del 5% mensual, tasa de interés para depósitos a plazo del 53% anual, no hay mucho que analizar, el argentino, por necesidad, ahorra en otra moneda.
Luego que el peso incumpla con las características propias de cualquier moneda nos lleva a empezar a pensar que las actuales -estrafalarias- tasas de inflación podrían aún empeorar. A las híper inflaciones se llega porque la gente huye de la moneda local, esto se mide en la velocidad que ésta cambia de mano, y en argentina se está acelerando mes a mes, demostrando que la gente prefiere consumir bienes y servicios que ahorrar, previendo que en el futuro podrá consumir menos con la misma cantidad de moneda. Si no hay ahorro tampoco habrá inversión futura.
Por otro lado, nos encontramos con un escollo auto generado en la búsqueda de cuidar las reservas de Banco Central, en lugar de buscar incrementarlas. Los distintos cepos colocados han puesto a la Argentina en un brete.
Primero el cepo a la compra de dólares, ya por todos conocidos, que generó varios mercados paralelos y sus cotizaciones para el mercado de divisas y billetes extranjeros. Junto con esto la prohibición de girar dólares por dividendos al exterior que espantó inversiones. ¿Quién va a invertir en un país donde no puede retirar las ganancias de su inversión?. Esto último sumado a las sospechas de sub y sobre facturación de exportaciones e importaciones con el propósito de lograr lo prohibido, retirar utilidades.
Luego comenzamos a observar que los ingresos de dólares del exterior vienen por el mercado de capitales en lugar de por el BCRA, por lo que termina financiando fuga en lugar de crecimiento de reservas. Si los ingresos de divisas se liquidan por el MULC, el Banco Central aumenta sus reservas, pero quien ingresa lo hace al tipo de cambio oficial. Si los dólares del exterior, ingresan por el mercado capitales, es decir vía compra venta de títulos públicos en dólares, se liquidan al tipo de cambio paralelo, no se crean reservas pero se financia al que desea comprar dólares en este mercado, lo bueno que sostiene en parte el tipo de cambio y los bonos argentinos.
Actualmente faltan dólares en las reservas del Central, pero recuerden que se prohibió exportar algunos productos y que a otros se les colocó retenciones desincentivando la producción. Por otra lado, ahora se prohibió virtualmente importar por 180 días. Este freno sobre las importaciones logró que el BCRA acumule reservas, lo que es obvio dado que si adquiere lo mismo que diariamente compra un día normal, pero ahora no tiene salidas por la prohibición de importar, crecerán las reservas. Pero esta situación es solo momentánea porque los productos que se importan son para el normal desarrollo de nuestra economía. Pronto notaremos la falta de insumos que repercutirá en menos productos elaborados, para abastecer nuestro mercado interno así como para exportar. Además del desabastecimiento, tendremos subas de precios por falta de oferta.
La economía argentina ha sido empujada a un brete del que solo puede salirse con una gran dosis de confianza que vaya liberando las prohibiciones y regulaciones colocadas en los diferentes mercados. Ningún país crece con estas medidas, se crece produciendo, comerciando y trabajando.

#BuenaSaludFinanciera
@ElcontadorB
@GuilleBriggiler

Autor: Guillermo Briggiler

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