En esta columna tratamos, la semana pasada, el tema de la permeabilidad con la que la sociedad argentina, o la cultura en la que vivimos, incorpora eventos o celebraciones de otras culturas, como Walloween, el Día de los Enamorados (San Valentín) o la fiesta irlandesa de San Patricio que habilita a salir a beber cervezas por un circuito de pubs.

Ahora nos enfocamos en el Black Friday (o Viernes Negro en su traducción del inglés), que todos los años llega en esta época. Se trata de un fenómeno que nace en Estados Unidos a fines de los años sesenta, se realiza el viernes posterior al Día de Acción de Gracias (que generalmente cae el último jueves de noviembre) y de alguna manera simboliza la apertura del período de compras navideñas.

Pero la característica principal de este día y que explica su fama al menos en el mundo occidenal es que las tiendas adhieren de manera particular con promociones altamente atractivas y descuentos desopilantes (que en algunos casos rosan lo ridículo). A tal punto que muchos hacen colas durante días frente a las grandes cadenas esperando ese momento (con carpa y colchoneta incluidas durante la espera) y por supuesto el descuento. Cada vez que se abren las puertas del Black Friday se observa en los grandes centros comerciales una turba fuera de control -algunos hasta se pelean por un producto- en busca de quedarse con algo valioso por pocas monedas. 

Hay varias versiones de cómo surge este día. Muchos dicen que nació después de la década del 30 -la primera gran crisis del capitalismo-, cuando muchas empresas cambiaron sus números rojos por negros. Otra versión es que se forjó en 1960 en Filadelfia, una ciudad donde la palabra negro se emplea para determinar el gran movimiento de gente y la multitud de consumidores posterior al día de Acción de Gracias. Por último, algunos sitúan el origen de esta fecha celebrity del calendario comercial en 1980: se le atribuye el significado al color negro por los stocks que pasan de rojo a negro por las altas ventas concretadas.

Desde el 2005, para Estados Unidos representa el día de mayor volumen de ventas. En 2010 las cifras fueron sorprendentes, 212 millones de personas compraron por u$s 45 mil millones con un gasto promedio por persona de u$s 365. En 2011 el promedio ascendió a 398 dólares per cápita y la cantidad de personas se elevó a 226 millones, llegando a un total de u$s 52,5 mil millones en ventas. El 2012 lo superó pero en términos generales las cifras fueron similares.

El año pasado ya habíamos abordado el tema comentando, en aquella oportunidad, que muchos países ya se están haciendo eco de este festejo y lo están incorporando como tradición, principalmente por el gran volumen de ventas que representa para las empresas. España, Canadá, México y hasta Chile son algunos de los que ya lo incorporaron.

Por supuesto como argentinos no podemos quedarnos afuera. El año pasado la Cámara de Comercio e Industria de Posadas, incentivó para que se realice este día de promociones en dicha ciudad y las ventas se multiplicaron por 6.

En este 2013 la apuesta es mucho más grande, desde el viernes pasado 8 hasta el día de hoy grandes cadenas como Walmart y Changomás -está última pertenece a la primera- se implementa el Black Friday. Los organizadores hablan de descuentos desde el 30% hasta el 70% en por lo menos 700 items diferentes. Además de los descuentos existirán promociones 3x2, llevando 3 unidades sólo se abonan 2 y grandes posibilidades de financiación como 24 cuotas sin interés.

La estrella principal en la Argentina va a ser la tecnología, uno de los sectores más dinámicos de la economía que sostiene, junto al automotriz, el modelo orientado al consumo. Los principales bienes que se ofrecerán con atractivos descuentos serán televisores LCD, aires acondicionados, tablets, para luego llegar a herramientas, artículos de almacén, ferretería, juguetes, productos de belleza, decoración, bebidas, entre muchos más.

"El primer Black Friday a nivel nacional surge como una propuesta innovadora para el consumidor, trayendo una iniciativa novedosa, pensada en brindar al consumidor una experiencia de compra diferente y en continuar cuidando el bolsillo de todos los argentinos", afirma la cadena estadounidense a la hora de sostener conceptualmente la acción. 

Hoy llega de la mano de Walmart y si bien no es el mismo día que en Estados Unidos, nuevamente un fenómeno de aquellas latitudes es totalmente adaptable a nuestro país y con grandes expectativas de éxito, considerando que el consumidor argentino vive buscando promociones. Otro factor que juega a favor de su instalación es que el comercio suele padecer en noviembre uno de los peores meses. Claro, está entre dos de las fechas más importantes del almanaque comercial como lo son el Día de la Madre y la Navidad, por lo que necesita de estrategias diferencias para sellar ventas. 

Como uno de los primeros indicios de Black Friday en Argentina veremos qué repercusión tiene este fenómeno, y quizás en unos años más estaremos esperando todos esta fecha, haciendo cola fuera de las tiendas.