Suplemento Economía

El aumento de billetes confirma alta inflación

En lo que sería una suerte de programa no oficial que bien podría llamarse Pesos para Todos, el Gobierno apura la impresión de billetes para dar respuesta a sus necesidades de financiamiento mientras, simultáneamente, alimenta una inflación que a esta altura irrita a los argentinos que advierten, con impotencia, cómo se deprecia el valor de su dinero. Según publicó recientemente el diario El Cronista, el 80 por ciento del papel moneda que imprime el Banco Central de la República Argentina luce la cara de Roca y Evita, los billetes de 100 pesos. Es más, los billetes de 100 pesos de Roca ya llegaron a la Serie Z, por lo que prácticamente de ahora en más se continuará solamente con Evita. 

Al respecto, de las plantas de impresión del Gobierno o contratadas para tal fin se fabricaron durante el 2012 más de 1.000 billetes de cien pesos por minuto. "Esto significa que, en 2012, estos papeles de mayor valor nominal llegaron a representar el 80% de la emisión total; lo que es, en suma, 570 millones de unidades. El año anterior, habían concentrado el 75%", graficó el matutino porteño.

Al exponer el tema en cifras, El Cronista indicó que el Banco Central autorizó en 2010 "la impresión de 188 millones de billetes de cien; y de unos 609 millones en monedas" pero esta relación "se invirtió en 2011 y 2012: los billetes se ampliaron en 490 y 570 millones en esos años, respectivamente; y superaron el crecimiento de las monedas, que fue de 366 y 410 millones".

Asimismo, consiga que el año pasado la entidad monetaria "inyectó $ 130.000 millones en el sistema pero, de éstos, unos $ 64.000 millones quedaron en efectivo, en manos del público" lo cual incrementó "las necesidades de billetes de la economía y, por eso, obliga al Banco Central a convalidar grandes esfuerzos para imprimirlos".

Economistas y banqueros consideraron que la solución es imprimir billetes de mayor valor, de 200 y hasta de 500 pesos, pero el Gobierno se niega a hacerlo porque, en cierta forma, sería convalidar una inflación de dos dígitos -en realidad mayor al 20 por ciento anual-. La otra solución es reactivar los programas para impulsar una mayor bancarización para disminuir el peso del dinero circulante en relación al denominado transaccional (hoy solo se devuelve el 5 por ciento de las compras realizadas con tarjetas de débito). 

Con una economía donde más del 30 por ciento de los trabajadores está en negro, se hace difícil apostar a una bancarización. Antes se debe formalizar el mercado laboral. 

Autor: Redacción

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