Editorial

El anunciar y el hacer

Con un proceso electoral en ciernes, en la ciudad, la provincia y el país los dirigentes políticos de antes y los que se incorporan al sistema deben tener en mayor o menor medida un diagnóstico de las realidades donde pretenden intervenir para luego modelar sus plataformas electorales en las que resumen sus principales propuestas, un insumo clave para enamorar al electorado y de esa manera sumar votos en las urnas. Es decir, deben tener en claro en qué lugar están y dónde aspiran a llegar para trazar una suerte de plan de vuelo que permita competir y quizás alcanzar los objetivos fijados. 

En el marco de esta proceso, existen candidatos sin escrúpulos que hacen de la máxima maquiavélica "el fin justifica los medios" un dogma para despojarse de valores éticos y apelar a todo tipo de recursos para imponerse, para lograr la victoria. Manipular datos de la realidad, mentir y plantear promesas que no están dispuestos a cumplir en caso de ser elegido conforman un set básico de herramientas para quienes están dispuestos a llegar como sea.

Quizás el slogan "síganme que no los voy a defraudar", del candidato presidencial Carlos Menem en 1991, configure uno de los ejemplos más potentes en materia de marketing político. De todos modos, ante tanta promesa incumplida y mentira manifiesta de la clase política hay sectores que han podido desarrollar cierta inmunidad al discurso electoral. 

Dicho entonces que la promesa electoral continúa siendo uno de los ejes de cualquier campaña, otro de los componentes se relaciona al candidato, a su credibilidad, a su trayectoria, a su capacidad de gestionar y dialogar, a su apego por las normas éticas y morales (o no), a su firmeza para liderar el crecimiento o enfrentar una crisis y a su inteligencia y astucia para saberse rodear. 

En la previa de las campañas, los argentinos otra vez veremos desfilar a una multiplicidad de candidatos que buscarán convencer sobre sus bondades, planes y proyectos. Como está demostrado que el pueblo sí se equivoca, entonces será tiempo de leer entre líneas y tomar la mejor decisión en las urnas, es la responsabilidad de votante, elegir más con la cabeza que con el corazón.  

Otro de los ingredientes infaltables en todo proceso electoral tiene que ver con los anuncios de campaña o una venta de ilusiones, los que realizan en un intento por mejorar sus perspectivas ante el electorado tanto por quienes gobiernan y buscan permanecer o por aquellos que pretenden desembarcar en el poder. Si bien la ley que regula lo que se puede hacer y lo que no en períodos de elecciones, se suelen programar inauguraciones y corte de cintas de obras poco tiempo antes del día de los comicios. 

Como en la Provincia de Santa Fe las elecciones son inminentes, ya que las primarias serán el 19 de abril y las generales el 14 de junio, habrá una delgada línea entre lo que serán anuncios o inauguraciones pues siempre estará subyacente la sospecha de que habrá un uso electoral de esos actos de gobierno, en el que se suele dar un papel protagónico a candidatos oficialistas. 

En Rafaela está previsto que durante este año se inauguren la Escuela Municipal de Música que se construye en barrio Ilolay, la escuela multinivel de barrio San José -ambas obras financiadas por la Nación-, la nueva Guardia del Hospital Jaime Ferré -impulsada por la Provincia- y la primera parte de la urbanización de lotes en terrenos municipales y provinciales ubicados en el noreste de la ciudad.  

Como el calendario electoral no permitirá su inauguración antes de las elecciones locales y provinciales, la estrategia en este caso será comenzar obras, mostrar avances de las ya iniciadas o hacer anuncios. Como el que efectuó la semana pasada el Gobierno provincial, que fijó para el 24 de febrero la apertura de sobres para construir la primera etapa del futuro hospital regional de alta complejidad en Rafaela, una obra anunciada en 2008, al igual que otras similares para Rosario, Santa Fe y Reconquista, y pese a estar en ejecución avanzan a un ritmo tan lento que es una incógnita cuándo podrán ser terminadas. Con la misma lógica, se licita el nuevo hospital para Rafaela sin fecha de finalización, la cual será un gran misterio teniendo en cuenta que no la tienen ni siquiera aquellos hospitales con mayor grado de avance en Santa Fe o Rosario. 

Ante tanta crítica por el mal estado de las rutas en la Provincia a raíz de una desinversión evidente, también este año se destinaron casi 200 millones de pesos para disimular el descuido. Se trata de ejemplos concluyentes, aunque en realidad es una práctica en la que caen todos los signos políticos sin distinción, especialmente cuando en la batalla electoral la amenaza a perder es consistente. Así, queda claro que el anunciar no es el hacer y que "mejor que prometer es realizar". 

Autor: REDACCION

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