Editorial

El aire que respiramos

A pesar de los constantes llamados de los científicos especializados en el clima y de organizaciones de la sociedad civil, la problemática que se conoce como cambio climático no logra aún ser la prioridad de los gobiernos ni de las grandes corporaciones, más allá de algunas acciones aisladas. De alguna manera, para revertir el daño que la actividad del hombre ya le ha hecho al planeta es necesario deconstruir muchas actividades económicas, industrias enteras que deben reformatearse como la automotriz. Es decir se deberían fabricar únicamente vehículos equipados con motores eléctricos y no a combustión para dejar de consumir naftas. Pero tantos empleos dependen del negocio petrolero que es difícil imaginarse un desarme generalizado de estructuras gigantescas dedicadas a la extracción de crudo que están presentes en los desiertos asiáticos o en plataformas marinas. El desafío es ahora pero el hecho de avanzar contra determinados sectores productivos por considerarlos contaminantes y nocivos para la naturaleza podría implicar dejar a miles de trabajadores sin empleo, por tanto se presenta un enorme dilema al que todavía no se le ha encontrado una respuesta satisfactoria para todos. 

Mientras tanto continúan apareciendo estudios que advierten sobre la complejidad de la trama ambiental. Entre otros el informe elaborado por las sociedades médico-científicas y la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el que se asegura que la contaminación atmosférica causa alrededor de siete millones de muertes en todo el mundo,

El reporte, que se difundió a días de la Cumbre del Clima que tendrá lugar en Madrid del 2 al 13 de diciembre, estima que 9 de cada 10 personas en el mundo respiran aire contaminado y cerca de 7 millones de personas mueren cada año por la exposición a las partículas finas contenidas en el mismo.

De acuerdo con sus informes, la contaminación del aire causa el 24% de todas las muertes de adultos por cardiopatías, el 25% de los decesos por accidentes cerebrovasculares, el 43% de los fallecimientos por enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y el 29% de las muertes por cáncer de pulmón. En el documento "¡No contamines mi futuro!, la OMS alertó, además, que más de una cuarta parte, esto es 1,7 millones de las defunciones de niños menores de 5 años son consecuencia de la contaminación ambiental; de estas, 570.000 ocurren por infecciones respiratorias, entre ellas las neumonías.

Según la Agencia Europea de Medio Ambiente, existe una estrecha relación entre el cambio climático y la calidad del aire. La doctora Isabel Urrutia, neumóloga y coordinadora del Área de Enfermedades Respiratorias Ocupacionales y Medioambientales de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR), señaló que la contaminación afecta a los pacientes que tienen una enfermedad respiratoria crónica -sobre todo asmáticos y con EPOC- y aumenta las posibilidades de desarrollar asma, sobre todo en niños. La contaminación del aire supone más del 50% de los casos de neumonía infantil, añadió de acuerdo a un artículo publicado por la agencia de noticias EFE.

El presidente de SEPAR, doctor Carlos Jiménez-Ruiz brindó una inusual comparación para dejar en evidencia lo peligroso que es respirar un aire altamente contaminado: vivir en contacto continuo con altos niveles de contaminación es equiparable a fumar entre 5 y 10 cigarrillos diarios. En la misma línea, el investigador Xavier Basañaga, del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), afirmó que cada vez se conocen más efectos de la contaminación en la salud; no solo influye en enfermedades respiratorias o cardiovasculares, también afecta al cerebro y al aparato reproductor.

En cuanto a los efectos en los niños, según un estudio liderado por ISGlobal, el 33% de los nuevos casos de asma infantil en Europa son atribuibles a la contaminación atmosférica. Con respecto a los efectos de la contaminación a nivel cardiovascular, el doctor Jordi Bañeras, miembro de la Sociedad Española de Cardiología (SEC) y la Fundación Española del Corazón (FEC), señaló que el sistema circulatorio es el que más sufre los daños de la contaminación, ya que los contaminantes viajan por el torrente sanguíneo y acaban produciendo enfermedades tanto a nivel cerebral como cardíaco. Al mismo tiempo, subrayó que a nivel mundial, el 40% de los efectos de la contaminación en la salud implican al corazón, mientras a nivel respiratorio, solo un 6% de las infecciones están asociadas a esta causa.

En cuanto a su relación con el cáncer, la doctora Aitana Calvo, secretaria científica de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), dijo que la contaminación es considerada desde 2013 un agente carcinógeno por la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer de la OMS.

Así, los estudios sobre la cuestión ambiental siguen lanzando alertas pero no se aprecia una reacción seria por parte de los gobiernos, las instituciones y las personas. 



Autor: REDACCION

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