El ahorro de energía
A la responsabilidad del Gobierno nacional por planificar y ejecutar las obras de infraestructura para abastecer la demanda de energía, que a juzgar por los resultados no cumple como debe, le corresponde también un compromiso de la ciudadanía para hacer un uso racional del recurso. Esta semana, con la primera ola de calor, se registraron cortes en el servicio eléctrico, incluido en la ciudad de Rafaela y una gran región lo que no deja de ser una señal de lo que puede ocurrir en los próximos meses.
Resulta curiosa la promesa efectuada por la distribuidora Edenor luego de que sus autoridades se reunieran el lunes con funcionarios del Gobierno nacional. "No habrá cortes de luz si las condiciones atmosféricas son razonables", expresó Eduardo Mirabelli, vocero de la empresa. Así abrió el interrogante sobre cuáles serán las condiciones "razonables" del clima que garanticen la prestación.
Desde la otra vereda y tras la reunión, el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, advirtió que las empresas “son imputables” por posibles fallas en el servicio, por lo que podrían ser multadas. Esta apreciación no alcanza a la Empresa Provincial de la Energía que suministra electricidad a los habitantes de la Provincia de Santa Fe.
Lo que está claro es que los cortes programados o los sorpresivos evidencian que la energía generada por el país no alcanza para cubrir la demanda. La consultora Ecolatina destacó esta semana, al volver sobre uno de los temas que nunca se retiran de la agenda pública, que "no es novedad que el sector energético argentino está atravesando complicaciones, desde 2011 la Argentina se convirtió en importador neto de energía y la producción tanto de petróleo como de gas natural declina desde 1998 y 2004, respectivamente".
A la hora de explicar las razones de la crisis energética, expresa que "las señales asimétricas a la demanda (impulso) y a la oferta (desincentivo) generaron un importante desbalance en el sector primario". Detalla que "en el caso de la oferta, las señales de precios y la incertidumbre desmotivaron la financiación de inversiones de riesgo exploratorio" y que por "el lado de la demanda, el congelamiento de tarifas de servicios energéticos luego de la crisis del 2001 se tradujo en un fuerte incremento del consumo de energía".
Como dato concluyente, puntualiza que "la caída en la producción de hidrocarburos incrementó las importaciones de energía revirtiendo el signo del saldo energético, ya que se pasó de un superávit de U$S 5.600 millones en 2005 a un déficit de U$S 5.700 millones el año pasado".
Considera que "a la actual caída en la producción de gas y petróleo se introdujeron dos nuevas variables: la caída en el precio internacional del petróleo y la modificación de la Ley de Hidrocarburos". "Estos nuevos elementos vuelven a poner sobre el tapete la problemática que atraviesa el sector energético argentino y la necesidad de implementar una política energética integral consensuada que perdure durante el mandato del próximo presidente electo", recomienda la consultora.
Por último, advierte que "si no se encauza la problemática energética, la Argentina deberá convivir por años con un limitante estructural para su crecimiento" a raíz de una matriz energética incapaz de satisfacer la demanda y acompañar el crecimiento del país.
En cuanto a la responsabilidad ciudadana, llamó la atención un comunicado del Dr. Enrique Mammarella, decano de la Facultad de Ingeniería Química (FIQ) de la Universidad Nacional del Litoral, hacia la familia de esa casa de altos estudios que funciona en la ciudad de Santa Fe. "La presente comunicación está relacionada con lo sucedido en los últimos días respecto de las altas temperaturas y los sucesivos cortes de energía eléctrica en el edificio Gollán. En este sentido solicitamos a toda la comunidad de la FIQ la mayor colaboración y predisposición con la reducción del consumo de energía eléctrica en todos los ámbitos del edificio", sostuvo el directivo.
Más adelante sugirió al personal "ajustarse" a una serie de "recomendaciones", entre las que incluyó programar la temperatura de los aires acondicionados a 24°C o más, intentar compartir oficinas y espacios de trabajo para reducir la cantidad de aires acondicionados encendidos, apagar las luces de los ambientes de trabajo cuando los mismos se encuentren vacíos y en la medida de lo posible, apagar los equipos que estén en modo "stand by".
Si bien la cuestión se inicia por un problema puntual en la sede de la facultad, quizás relacionada a la infraestructura eléctrica de la misma, no deja de ser importante que estos consejos se repliquen en todas las organizaciones. Se trata de generar conciencia y responsabilidad en el uso de un recurso a la vez que estas medidas se traducirán en un saludable ahorro económico a la hora de pagar las facturas por el servicio.