Sociales

El 40% de las parejas no tiene deseo sexual

Que no tengo ganas. Que no tiene ganas: ¿seré yo?, ¿será sólo conmigo? No tenemos tiempo. El quiere y yo no. Ella quiere otra cosa pero él no sabe lo que ella necesita. No se habla; de eso no se habla. Da temor; o vergüenza. A lo mejor piensa que hay otra persona. Y los chicos...¡los chicos! No, no estamos muy comunicados. No como antes; o como deberíamos. La verdad es que no siento deseos sexuales. Algo debe estar fallando porque no soy el mismo mientras estoy en pleno acto. No es como antes, como hasta hace poco, como siempre fue. ¿Fue? No somos los de antes. Ay, la cabeza está en otro lado. Que no aparezca esa imagen; ese disparador que tira todo para abajo.

Pequeños diálogos internos. Soliloquios desbordados. Sentir que no se tiene deseo sexual puede encender múltiples alarmas. La primera, la más obvia, quizá, en el corazón de la pareja. Eso de que ya- no-es-como-antes. O es-lo-mismo-de-siempre. Y la novedad que trae y atrae nubarrones: advertir con singular potencia que el deseo –el sexual–, el que nos erotiza toda la piel, no está en la cama conocida sino detrás de otro cuerpo, de otro nombre, de otro olor.

En algún momento de nuestras vidas, quien más quien menos percibe un bajón en este aspecto vital. Circunstancias internas y externas hacen que ese “no tener ganas” se presente como dificultad. En principio, sólo un dato, transitorio, casi siempre. El problema, de haberlo, será si se instala como algo persistente y genera angustia. La vida cotidiana suele sacarnos del foco del deseo. Será difícil tenerlo y en plenitud si el cuerpo y la cabeza no están disponibles y navegan por otras aguas. Los sexólogos apuntan a los guiones sexuales aburridos o a alguna crisis en la pareja cuyo síntoma sea esa apatía respecto de la intimidad. O que factores externos como el estrés, el cansancio, los hijos, la escuela de los hijos, la carga del trabajo de cada uno, pueden contribuir al desgano. “Si la cabeza y el cuerpo no están disponibles, si no hay tiempo, es un error creer que el deseo se mantiene en piloto automático. Muchas veces significará un trabajo encontrarse o reencontrarse. El mito es pensar que el deseo se sostiene de manera adolescente y pasional para toda la vida”, define el sexólogo Adrián Helien.

Así, si no se enfoca, el deseo probablemente se vaya perdiendo. Todas las cargas del día a día lo succionan con otros focos de atención que distraen, debilitan y lo apagan.“Si me la paso trabajando todo el día, erotizo mi trabajo, mi mente y mi cuerpo se ocuparán de eso, nada más”, describe Helien. Suena extraño hablar de la falta de deseo cuando nunca, como en esta época, el ser humano estuvo frente a una oferta inagotable, desmedida y al instante, on demand, de estímulos eróticos. Las páginas porno son las más visitadas en internet. La tecnología pone todo al alcance: ¿esto nos ayuda o nos aísla?

Nunca como hoy hemos visto sexo tan explícito hasta embotarnos los sentidos. Y sin embargo, en algún momento, por algún motivo, podemos sentir que nuestras sábanas entraron en una suerte de destierro. Que no pasa nada de nada y así pueden transcurrir algunos meses, incluso años. Curiosamente, cuando parece que ya no hay nada que desear porque todo está disponible (una ilusión, apenas) aparece la falta. Interesante. Como si la demasía erotizada abogara por la eliminación del deseo. Sumado al entramado de la sociedad moderna que, con sus desencuentros y exigencias, somete a los individuos a mayores temporadas de soledad.

Según diversos estudios, la prevalencia de la falta de deseo en las parejas es del 40 por ciento, en promedio. A la hora de señalar los motivos que la persona siente como disparador, ranquea en punta el estrés de la vida cotidiana como factor importante. Una encuesta realizada por el Consultorio Sexológico de PRIME aporta detalles interesantes: la mayoría de los hombres (68%) dijo que nunca le faltó deseo sexual frente a un 42% de las mujeres. Y si no tienen ganas de hacer el amor, los varones (59%) aseguraron que se lo expresaban a sus parejas, mientras que ellas (41%) eludían el tema.

Autor: REDACCION

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