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Egipto atrapado: situación inestable

Después de la pueblada organizada en Egipto por grupos nacionales e internacionales, donde quedó una secuela de muertos y heridos, se generó la caída de Hosni Mubarak, una tiranía que duró 30 años, apoyada por EE.UU. e Israel, por conveniencias geopolíticas mutuas.

A raíz de esta crisis, se llama a elecciones nacionales y triunfa Mohamed Mursi, perteneciente al grupo político de la denominada Hermandad Musulmana, la cual está imbuida de una gestión nacionalista y teje alianzas con Irán, Siria, Palestina y los grupos afines para formar una estructura que fortalezca al pueblo árabe en su conjunto de las presiones externas.

Sin lugar a dudas la nueva democracia Egipcia, no le ha convenido a EE.UU. y a su aliado regional incondicional.

Toda esta situación trae aparejado una nueva pueblada organizada que genera una crisis descontrolada en las calles de la nación árabe, el grupo fuerte, las fuerzas armadas, deciden dar un golpe de estado para controlar la situación, generando la caída de la floreciente democracia.¿Qué oscuros intereses se persiguen? ¿Cuál ha de ser el motivo de esta nueva crisis?.

El gendarme del mundo lo sabe, en realidad lo puede saber todo, después de las valoradas informaciones vertidas por Edward Snowden, ex Consultor de Inteligencia de la CIA y un nuevo despertador moral de la primera potencia mundial, nos enteramos que todo es espiado, por este paladín de la democracia occidental y hoy muchos países sienten con impotencia, que nada pueden hacer por este flagelo informático que resta credibilidad.

Son tantos los intereses y las presiones ejercidas, que Europa opta por callar o realizar livianas críticas, con escaso sustento.

La prueba está dada con el incidente producido contra el Presidente de Bolivia, Evo Morales, una actitud ejecutada desde la CIA, que le quitó autoridad a varios países de Europa, para que no dejaran aterrizar el avión presidencial, que venía de Rusia y donde supuestamente, en su interior se encontraba Sowden, un bochorno internacional sin precedentes en la historia de la diplomacia. Hoy todavía se esperan las disculpas sobre el caso, todo tiene que ver con todo.

Y es por esto que vuelvo a Egipto. A dos semanas del golpe de estado no ha habido un pronunciamiento contundente de EE.UU., sólo en estos días un claro guiño de aceptación le da al gobierno de transición, con la llegada del Sub Secretario de Estado de Barack Obama, William Bums. Este se reunió en el Cairo, con el impuesto Primer ministro Hazen al Beblavi, quien analizó el período de transición en el país, la situación nacional e internacional.

El Secretario llegó a Egipto y en conferencia de prensa dijo entre otras cosas: “que hará hincapié en el apoyo de EE.UU. al pueblo egipcio, para el fin de toda violencia y a una transición que conduzca a una sociedad inclusiva y a un gobierno civil elegido democráticamente”.

Se reunió con las nuevas autoridades militares, los representantes de la sociedad civil y los empresarios. La pregunta es: ¿y el pueblo dónde está?

Si EE.UU., acepta públicamente el derrocamiento del Ex Presidente Mursi como un golpe de estado, estaría obligado a suspender por ley la ayuda económica de 1.500 millones de dólares anuales, de los cuales 1.300, va al ejército Egipcio.

El economista liberal Al Beblavi, primer ministro del gobierno de facto, sería uno de los encargados de organizar el gobierno de transición y el nuevo ministro de planificación, Ashraf al Arabi, un economista educado en EE.UU., se encargaría de coordinar la política económica internacional. Tras las protestas masivas organizadas por grupos empresarios y de la oposición del 30 de junio, el ejército destituye al presidente Electo de la Hermandad Musulmana Mohamed Mursi y designa como presidente interino a Adli Mansur.

Hoy Egipto es un estado de desencuentros entre los grupos liberales golpistas y los aliados de Mursi, quien se encuentra detenido.

Nada hace pensar que llegue la paz a este pueblo.

Finalmente el Sub Sec. de Estado americano, también dijo: “El período transitorio es una segunda oportunidad, después de la revolución del 25 de enero del 2011, para crear un estado democrático que preserve los derechos humanos y permita el bienestar económico… trazar su camino hacia la democracia y hacerlo de una manera transparente y que no excluya a ningún grupo”.

Estos comentarios demuestran que antes y después de la caída de Mubarak, Egipto en muchos aspectos está gobernado por EE.UU., el tiempo me dará la razón.

Autor: Juan Carlos Fessia

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