Editorial

Efectos del cambio climático

Frente a los terribles cambios climáticos que se vienen produciendo en distintos lugares del país (en nuestra región con inundaciones y luego sequía) y del mundo, es hora de empezar a reflexionar y debatir entre los principales actores sociales sobre qué hacer porque de lo contrario la situación actual de la naturaleza se puede ir agravando aún más.

Al respecto, el ambientalista, docente de la Universidad Nacional de Rosario e integrante del Pensamiento Ambiental Latinoamericano Carlos Galano opinó  que “llegamos a un momento con esta catástrofe ambiental pero no es un fenómeno natural, está acelerado por el aumento de los gases del efecto invernadero porque el modelo de producción consume mucha energía y después de utilizarla la degrada como efecto de calor al ambiente, cambiando los vientos, el sistema de lluvias, se producen desertificaciones, el aumento del calor. Es el modelo de producción concentrado que acumula la riqueza como dice el papa Francisco: el problema no es la pobreza sino la riqueza. En el ámbito agrario reformula la territorialidad, desterritorializando el paisaje que conocíamos con el modelo de producción de soja transgénica, en la década de los 90 en la Argentina se reformularon los ciclos agrarios rotativos diversos, se planteó un modelo de cultivo en la siembra directa, en el desmonte, en el crecimiento de la desertificación y el uso creciente de la agua dulce”.

En 2015 el Papa argentino publicó la encíclica titulada Laudato Si (Alabado seas) sobre la temática ambiental, donde acusa a las multinacionales y los gobiernos de ser causantes del cambio climático, debido al “el uso desproporcionado de los recursos naturales”.

En su primer capítulo llamado “Lo que está pasando en nuestra casa”, implica un duro análisis a las actividades del ser humano en la Tierra, que finalmente es lo que ha llevado a que se estén viviendo tiempos difíciles en materia ambiental.

Francisco aborda temas como la contaminación y el cambio climático, la mala gestión del agua, la pérdida de la biodiversidad, la gran desigualdad entre regiones ricas y pobres o la debilidad de las reacciones políticas ante los daños ambientales, donde señala directamente a los culpables.

Pero el Papa no solo llamó la atención de los gobiernos y empresas, sino también de los ciudadanos del mundo, teniendo en cuenta que se refirió a conceptos como el "consumismo inmoral" que precisamente ha llevado a la sociedad a un comportamiento que permite la degradación continua de la naturaleza.

Asimismo, asegura que “la tecnología basada en combustibles fósiles muy contaminantes -sobre todo el carbón, pero aún el petróleo y, en menor medida, el gas- necesita ser reemplazada progresivamente y sin demora" advirtió.

Por otro lado, habló sobre el tema de la desigualdad, donde resaltó que los países desarrollados o industrializados deben apoyar a las naciones más pobres del mundo, ya que son ellos quienes explotan los recursos naturales de esas naciones “tercermundistas”, lo que calificó como una estrategia por parte de los países del primer mundo como "estructuralmente perversa".

Finalmente, en su encíclica, el Papa propone regulaciones a nivel gubernamental para frenar el calentamiento global, y también instituciones eficientes y organizadas con la potestad de sancionar a quienes incumplan las normas.

Al mismo tiempo, hizo especial énfasis, en la necesidad de realizar un cambio radical de estilo de vida de los habitantes del planeta, con el objetivo de frenar la contaminación del ambiente, por lo que el sumo pontífice asegura que “cada vez más (la Tierra) es un inmenso depósito de porquería”. Y rechazó el argumento de que solo a través del crecimiento económico se puede solucionar el hambre, la pobreza y el daño ambiental.

A excepción de sectores conservadores, especialmente de Estados Unidos, esta encíclica ha tenido una muy buena acogida en diferentes actores sociales, porque está en juego la casa común de todos, que es el planeta.

En diciembre de 2015 se realizó la XXI Conferencia sobre Cambio Climático (COP 21) por los 195 países miembros con la firma de un acuerdo que establece medidas para la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero a través de la mitigación, adaptación y resiliencia de los ecosistemas a efectos del calentamiento global, su aplicabilidad sería para el 2020, cuando finaliza la vigencia del Protocolo de Kioto, pero Estados Unidos no lo firmó siendo el mayor emisor de gases de invernadero. 

Estamos a tiempo para prevenir futuros problemas en el ecosistema, teniendo en cuenta los siguientes factores: dejar de deforestar indiscriminadamente, eliminar el uso de agroquímicos como el glifosato, la rotación de cultivos y a decir verdad el crecimiento ilimitado es una falacia.

Autor: REDACCION

Estás navegando la versión AMP

Leé la nota completa en la web