Editorial

Educación con récord

Los recursos del 6,7% del Producto Bruto Interno que el gobierno nacional destina para el financiamiento de la educación y ciencia y técnica, constituyen un récord en la materia, ya que nunca antes se había destinado semejante volumen. De tal modo lo certifica un informe del Instituto de Estudios sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana (IERAL) dependiente de la Fundación Mediterránea. Lo importante de esto es que se trata de una organización privada que no tiene relación alguna con el gobierno, lo cual aleja cualquier clase de duda sobre su veracidad y contenido, como suele ocurrir con otra clase de mediciones oficiales, de modo especial las que tienen su origen en el INDEC.

 Destacan desde el IERAL que lo destinado a educación  es uno de los componentes más importantes del Gasto Público Social, ubicándolo en segundo lugar detrás de previsión social, y de similar volumen a lo que se adjudica a salud, debiéndose mencionar que el gasto social tiene como principal objetivo promover el acceso de los grupos sociales más vulnerables a los servicios básicos de calidad.

Se hace referencia en el informe que las partidas de ciencia y técnica con un 75% son las que más aceleraron su crecimiento, apareciendo luego educación con 64% y luego educación básica con 44%, pero subsiste gran disparidad en la distribución geográfica en cuanto hace a educación superior. Es que en este último rubro, por ejemplo, mientras la ciudad de Buenos Aires recibe a razón de 870 pesos per cápita, las provincias del Chaco, Entre Ríos y Santiago del Estero tienen asignaciones que oscilan entre los 100 y 118 pesos.

Según este trabajo, la masa de recursos destinada a la educación en su conjunto ha venido incrementándose notablemente, tomando como referencia puntos sobre el PBI, desde el 3% de 1980 pasó a 6,7% en 2009, aunque cabe destacar que más de la mitad de esta suba se produjo luego de la crisis de 2001, cuando pasó de 4,1% del 2003 a 6,7% en 2009, lo cual constituye una importante revalorización de la educación y la investigación técnica dentro de la agenda política, seguramente habiéndose advertido que, entre otras cosas, para proyectar un país con futuro sólido y sustentable es indispensable contar con una educación de alta calidad.

Las cifras destinadas indican un fuerte compromiso hacia la generación de conocimiento e innovación, lo cual significará en el tiempo la formación en importante número de profesionales de calidad, con muy sólida formación, a la vez que el impulso a la investigación científica y, especialmente, tecnológica, aspectos que son indispensables para alcanzar el objetivo de altos niveles de innovación, lo cual debe ser interpretado como una mayor competitividad a nivel internacional.

Uno de los aspectos que debe ser mejorado, ya citado en esta nota y que forma parte de las conclusiones del trabajo de la entidad de la Fundación Mediterránea, es corregir las grandes diferencias en la distribución del gasto en educación superior, pues mientras en algunas provincias las universidades públicas tienen una gran disponibilidad de recursos, otras de otras latitudes se encuentran en cambio escasamente financiadas, cuyos números ya fueron mencionados como claro ejemplo, pasando de los 870 pesos en la ciudad de Buenos Aires que recibe como inversión cada estudiante,  a los 100 pesos de un par de Santiago del Estero. Incluso, puntualiza el trabajo, que aún en el caso de unificarse el gasto de la ciudad de Buenos Aires y la Provincia -ya que muchos estudiantes asisten intercaladamente en ambos distritos- tenemos que lo recibido per cápita asciende a 251 pesos, muy por encima de otros distritos provinciales

Otra referencia bastante clara sobre desequilibrios en el destino de los fondos asignados la constituye el CONICET, organismo que si bien ha duplicado su planta de personal desde el año 2000 en adelante, no se advierte una distribución geográfica equilibrada, ya que por ejemplo en la Capital federal hay una alta concentración de recursos humanos a razón de 1,8 cada 1.000 habitantes, en tanto en otros distritos de menores ingresos -casos de Formosa, Santiago del Estero, Catamarca, Entre Ríos, Chaco y Misiones- hay menos de una persona abocada a la investigación por cada millar de habitantes, observándose además que del total de recursos humanos, un pequeño porcentaje del 2,2 está destinado a la investigación aplicada o tecnología, mientras que la mayor parte se dedica a la investigación básica, con una relativa participación de las ciencias humanas y sociales.

 

Autor: Redacción

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