Los argentinos nos convertimos economistas por obligación, porque nuestras sucesivas crisis económicas y la utilización del gasto y la monetización del déficit fiscal, por parte de los gobernantes, con la consiguiente generación de inflación, nos empujan a conocer más de economía o caer en lo que se denomina “ilusión monetaria”.
La ilusión monetaria es un fenómeno que se produce cuando un agente económico actúa influenciado por variables nominales, sin tener en cuenta los valores constantes o reales. Está íntimamente ligada a la inflación, que hace que suban de manera sostenida y generalizada, todos los precios de una economía.
Veamos un ejemplo de este efecto, cuando un asalariado, jubilado, pensionado, etc., recibe un aumento nominal, por ejemplo de $1.000, no representa lo mismo, para el que tiene la jubilación mínima, que para los de las más altas escalas. Si quien recibe los $1.000 tenía un ingreso de $10.000, ha obtenido un incremento del 10%, que deberemos comparar con la inflación del período, para que al comparar ambos porcentuales, se puedan obtener conclusiones válidas.
Lo mismo ocurre al manifestar que, el aumento de salarios obtenido por un sector es grande, cuando por ejemplo es del 40%, si la inflación del período fue del 50%, en realidad está perdiendo contra los precios en general. Otro ejemplo podría ser, como escuchamos en algunos medios de comunicación, que los alquileres subieron desmesuradamente cuando en los primeros cinco meses del año pasaron de 10.000 a 12.000 pesos (20%) mientras la inflación del mismo período fue del 21.50%.
Similar situación puede vivir un ahorrista que posee un plazo fijo de $1.000.000 a un año de plazo con acreditación periódica de intereses, que mes a mes, a la actual tasa del mercado recibe $31.000 por mes. Este puede pensar que su rendimiento es alto y utilizar la totalidad de los intereses para el consumo, sin analizar que al finalizar el período, su capital podrá adquirir la mitad de los bienes que podía comprar al inicio, con una inflación del 50%.
Entendido el concepto de ilusión monetaria a nivel argentina, lo llevaremos a lo que ocurre también en el mundo actual y lo compararemos con la inversión.
Al igual que en nuestro país, la pandemia paralizó la economía en todo el mundo, pero los gobiernos para reactivarla trabajaron sobre la estimulación de la demanda, en lugar de hacerlo sobre la oferta. El ejemplo más relevante es Estados Unidos, que imprimió billetes por billones y se los entregó a sus habitantes a modo de ayuda social, algo así como un IFE (ingreso familiar de emergencia, que se utilizó en la cuarentena del 2020 en Argentina). Con el mismo objetivo, estimular la economía, la FED (el equivalente americano de nuestro Banco Central) dejó en mínimos históricos su tasa de interés, que es la que regula las tasas de los Bonos del Tesoro de ese país, lo que desincentivó el ahorro, empujando más pesos al consumo. Consumo que como tiene faltante de oferta por la baja producción, generado en los encierros por cuarentena en todo el mundo, empujó los precios a la suba, es decir generó inflación.
Aquellos ciudadanos del mundo que consumían pero que aún poseían fondos para ahorrar, al estar casi en cero la tasa de los títulos públicos y en un contexto inflacionario, se volcaron a los instrumentos de renta variable, acciones, para proteger sus inversiones. Esta situación por efecto de la suba de la demanda, con la misma oferta, genera ahora suba en las acciones, en muchos mercados del mundo, incluso el nuestro, afectado también por otros factores. Hay que tener presente que la suba de las acciones se está dando sin que haya un cambio en el negocio real de las empresas, por lo que cuando la FED se atemorice por la inflación que está generando en el mundo y suba la tasa de interés, veremos una baja contundente de las mismas. Se afectarán también los precios de las materias primas y salida de inversiones de los mercados emergente.
Mientras tanto, por acá dejamos de ser mercado emergente para vivir con lo nuestro saliendo del mapa de inversores del mundo. Más que nunca, el ciudadano debe convertirse en economista por obligación.
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