Editorial

Economía no despega

A pesar de los generalizados pronósticos que la actividad económica tendría una importante recuperación en esta segunda mitad del año, luego de un primer semestre en que se produjo una brusca desaceleración del crecimiento, los números no están reflejando esa situación, sino lo contrario: se continúa con marcadas oscilaciones descendentes. De esa situación da cuenta un informe de la consultora Ecolatina, al analizar lo sucedido en el tercer trimestre conformado por julio, agosto y septiembre, en el cual supuestamente debería haber dado comienzo el despegue.

En el mejor y más optimista de los casos, ya que los datos no estaban totalmente completados, podría llegar a decirse que en ese primer tramo de la segunda parte de 2012 lo que se consiguió es frenar la caída, pero queda claro que no comenzó una reversión para volver a la expansión que sí hubo en las etapas anteriores, excepción del lapso que fue desde enero a junio. La variedad de lo ocurrido ofrece una perspectiva realmente dispar, pues si bien debe admitirse que en algunos sectores se observó una cierta reactivación, otros en cambio apenas si consiguieron mantenerse y finalmente, también los hubo que continuaron en caída, incluso con algunas profundizaciones importantes.

La industria es un fiel ejemplo de lo expuesto, ya que presenta un comportamiento dispar según las ramas que se analicen, recordándose que en los dos primeros trimestres del año estuvo en retroceso y que en este tercer trimestre del año tuvo una recuperación de 0,3%, pero analizado solamente septiembre, experimentó una caída de 4%, quedando bien claro el vaivén que viene teniendo la actividad, especialmente por el preocupante descenso del último mes que completó el trimestre, y que tal las cosas, bien puede ir marcando una tendencia en descenso.

En cuanto al sector automotriz, el traccionador más potente que tiene la industria, tuvo en el trimestre un repunte favorable pero todavía está lejos de los niveles de 2011, mientras que en cambio la actividad siderúrgica profundizó su baja, siendo muy afectada por las llamadas paradas técnicas, motivando que la producción de acero cayera 22,9% en la medición interanual, con lo cual en los primeros 9 meses del año acumula un retroceso de 7,5%.

Pasando ahora a la construcción, otro de los puntos fuertes para exponer el reflejo de la actividad en general, tenemos que la misma experimentó su tercer trimestre consecutivo en baja, teniendo fuerte influencia -como viene ocurriendo desde hace tiempo- por el decaimiento de la actividad inmobiliaria a la que afectó seriamente el cepo al dólar, además del exceso de lluvias que restó horas de trabajo de manera significativa, y finalmente, el menor gasto del sector público, que también declinó el ritmo de obras.

Otro aspecto negativo fue el retroceso del patentamiento de automotores, un síntoma bastante expresivo -como la inversión en inmuebles- sobre el clima general de la actividad económica. En cambio las ventas en supermercados y shoppings, aunque con oscilaciones, mantuvieron sus niveles, manteniéndose de tal forma el consumo. Una buena señal en ese sentido, aunque hay también quienes la interpretan como la consecuencia de la inflación y que la gente no quiere quedarse con dinero en su poder debido a la desvalorización, y como no alcanza para grandes inversiones, entonces vuelca esos recursos sobrantes en pequeñas compras.

Como consecuencia más directa de esta inestabilidad que se advierte en la economía, sin haberse dado la recuperación esperada, el impacto se siente en el mercado laboral, habiéndose restringido la demanda. En tal sentido un relevamiento de la Universidad Austral establece que a pesar de haberse registrado una mejoría en algunos sectores productivos, la creación de puestos de trabajo es "débil y temporaria", y además, que las remuneraciones están en fuerte pérdida de poder adquisitivo, afectando la capacidad de compra de las familias.

También detalla el informe que los jóvenes son los más afectados por la situación, ya que justamente a ellos es a quienes más les cuesta conseguir empleo, razón por la cual la tasa de desocupación de los menores de 25 años es dos veces y media superior a la que corresponde a los adultos.

Se destaca además que entre el segundo trimestre de 2011 y el segundo de 2012 fueron creados 20.000 empleos, pero tal comportamiento pierde efectividad si se lo compara con igual lapso de un año atrás, cuando habían sido generados 87.000 nuevos empleos.

Autor: Redacción

Estás navegando la versión AMP

Leé la nota completa en la web