Editorial

Dudosa democracia

La determinación de los países latinoamericanos de no haber tomado partido en la situación que vive Venezuela, más que una muestra de respeto por las decisiones soberanas de otro país "se parece mucho a la complicidad", ya que allí ha dejado de tener vigencia la democracia. Tan contundentes definiciones fueron formuladas por el laureado escritor Mario Vargas Llosa en una entrevista otorgada al diario El Nacional de Caracas.

El Nobel de literatura fue contundente en sus apreciaciones, ofreciendo su punto de vista frente al planteo del entrevistador en cuanto a qué hace falta para que un régimen cruce la línea entre democracia y dictadura. Allí se explayó muy claramente, sosteniendo que "hay dictaduras y dictaduras, hay dictaduras totales que tienen el control absoluto de toda la vida política, cultural, social, económica y hay regímenes que van cambiando a ese sistema, pero que no han llegado todavía. Mi impresión es que Venezuela ha dejado de ser una democracia, el régimen se ha ido endureciendo cada vez más y ha ido reduciendo el espacio que le permite a la oposición manifestarse, sobre todo a través de los medios audiovisuales y la prensa".

Tan categóricas apreciaciones llegan en un momento muy especial en la vida de Venezuela, cuando el régimen encabezado por Nicolás Maduro -seguidor de las ideas de Hugo Chávez- termina de cumplir su primer año, sumido en medio del caos y del desorden social, con un nivel muy alto de confrontación permanente, enfrentándose toda la masa opositora que se ha ido consolidando para oponerse a un sistema cada vez con mayores rígidos controles, víctima de persecuciones y cercenamiento de sus derechos, contra escuadras y formaciones que responden al gobierno, que impone por la fuerza lo que no consigue a través del razonamiento. 

En Venezuela "aunque existe todavía una prensa de oposición -cada vez más limitada en sus posibilidades-, vive en condiciones sumamente difíciles y cada vez más acosada. La oposición se manifiesta con gran coraje y con mucho riesgo y tal vez eso es lo que ha permitido que ese proceso de autoritarismo creciente se haya frenado. No se puede hablar de Venezuela como una democracia porque es un régimen en el que claramente la vocación autoritaria es más fuerte que las convicciones democráticas".

Uno de los aspectos más preocupantes de esta visión de Vargas Llosa está referido a las futuras perspectivas que visualiza, sosteniendo "quisiera que la crisis política venezolana se resolviera de manera pacífica, pero dijo tener dudas de que el gobierno esté dispuesto a hacer concesiones en los diálogos en curso para que haya una coexistencia pacífica".

Destacó en cambio la actitud de rebeldía de los estudiantes universitarios, que fueron quienes encabezaron las manifestaciones de protesta contra el gobierno de Maduro, durante las cuales y a lo largo de estos dos últimos meses han dejado un tan triste como lamentable saldo de 40 muertos y cientos de heridos, todo en medio de una oleada de violencia y terror que se ha trasladado a todos los estamentos de la sociedad. "Los estudiantes han sido la punta de lanza de la resistencia, frente a un poder que cada vez se inclina más hacia el autoritarismo"

Además de la descripción de la situación interna que padece Venezuela, se ocupó muy especialmente en remarcar la gran responsabilidad de los grandes países democráticos latinoamericanos que "no han intervenido como deberían haberlo hecho, de una manera resuelta y decidida. Han mantenido una neutralidad que se parece mucho a la complicidad. Es lamentable que regímenes que son democráticos mantengan una neutralidad que creo que es oportunista y una manifestación de cobardía", resumió respecto a este delicado tema del posicionamiento de los países vecinos en cuanto a la situación venezolana.

Apuntó como una de las grandes causas de la debilidad del gobierno chavista en Venezuela a la poco menos que caótica situación de su economía, que vivió largo tiempo de despilfarro y que ahora debe pagar la cuenta de tanto derroche y toma de decisiones equivocadas. Eso además, según el criterio de Vargas Llosa, ha llevado al chavismo a la pérdida de credibilidad y de adeptos, estimando que en este momento el régimen de Nicolás Maduro ya no cuenta con el respaldo de la mayoría.

Autor: REDACCION

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