En la víspera, y cuando contaba con 89 años de edad dejó de existir el Dr. Hipólito Carmelo María Barreiro, un rafaelino que consecuente con la tradición familiar abrazó la profesión médica,  profesión que lo llevó  a  trascender ampliamente los límites de esta ciudad.

Si bien estuvo durante un prolongado lapso radicado en Buenos Aires, esta ciudad lo contaba permanentemente entre sus profesionales, ya que solía atender a pacientes en esta ciudad.

Por su excelencia en el servicio médico -valga recordar que fue médico de Juan Domingo Perón-  y otras actividades, fue distinguido por la Cámara de Diputados de la Nación en  un "homenaje que la Cámara de Diputados rinde a un grupo de argentinos caracterizados por haber honrado la vida, habiéndolo hecho de maneras distintas, diferentes profesiones y múltiples vivencias, pero con el común denominador de haber entregado sus mejores energías a su persistente determinación de servir a los demás".

En el libro que se ha distribuido durante ese acto, en la página 26 se destaca la trayectoria y personalidad del doctor Hipólito Carmelo María Barreiro, citándolo como "exmédico de Perón y embajador argentino en Liberia, es además autor de la biografía de Perón "Juancito Sosa, el indio que cambió la historia", en la cual se aportan elementos clave en la construcción histórica de la vida del Presidente argentino. Allí asevera que Perón era hijo de una mujer tehuelche y que nació en la localidad de Roque Pérez y no en la de Lobos, como se afirma comúnmente". "Este médico cirujano se casó con Sara Bercovich, también médica, y recién recibidos trabajaron en la selva amazónica venezolana.

En 1959 iniciaron una suerte de viaje alrededor del mundo que los llevó por 82 países de cuatro continentes. En poco más de 1.000 días recorrieron 200.000 kilómetros. En 1961 se establecieron en Monrovia, capital de Liberia, donde fundaron una clínica y vivieron 17 años".

"Según sus propios dichos, tuvo el honor de ser uno de los médicos de Perón, por lo cual entre los años 1964 a 1969 viajaba constantemente a Madrid. También colaboró con el doctor Albert Sabin, descubridor de la vacuna contra la poliomielitis, y fue su intérprete en varias conferencias que dictó en Latinoamérica. De vuelta a Buenos Aires, a mediados de la Década del '80, estableció la Fundación Barreiro.

Su deceso provocó hondo pesar en la comunidad rafaelina que lo valoraba por sus dotes profesionales y humanas.

Sus restos  recibirán sepultura hoy, sábado 20 a las 9 en el cementerio Municipal.