Donald Trump era ayer el gran favorito para superar a sus rivales y reclamar pronto la nominación presidencial republicana, cuando los habitantes de Iowa desafiaban temperaturas escalofriantes para emitir los primeros votos en la campaña de 2024.
La posición dominante del expresidente ha convertido la contienda por el primer lugar del país en Iowa en una carrera por el segundo lugar, ya que tanto el gobernador de Florida, Ron DeSantis, como la exembajadora de la ONU Nikki Haley, aspiran a un claro segundo puesto para emerger como la principal alternativa a Trump.
"Este es el momento del espectáculo. Esto es lo que estábamos esperando", dijo Haley a sus seguidores en un restaurante en Des Moines.
Un buen segundo lugar para Haley o DeSantis mantendría viva la idea de que la marcha de Trump hacia la nominación no es una conclusión inevitable.
También significaría problemas para sus rivales, especialmente para DeSantis, quien apostó la viabilidad de su campaña en el caucus de Iowa, invirtiendo recursos en el estado del Medio Oeste y arrasando en sus 99 condados.
Un tercer puesto podría resultar fatal para las perspectivas de DeSantis. Las encuestas muestran que el gobernador de Florida está muy por detrás de Trump y Haley en el estado más moderado de Nueva Hampshire, donde los republicanos elegirán a su candidato dentro de ocho días.
Tanto DeSantis como Haley han expresado su confianza en que superarán las expectativas en Iowa, aunque ninguno ha confiado en la victoria. (Reuters).