Editorial

Dólar y jubilaciones

El dólar es un verdadero problema para la marcha de la economía, y en especial para el gobierno, que está tratando de encontrar un reordenamiento de muchos de los factores que en los últimos tiempos han perdido el rumbo y por lo tanto, afectando las condiciones socioeconómicas. La falta de la divisa estadounidense es en esto momentos crucial, pues aun cuando abunda en casi todo el mundo, aquí escasea en extremo, consecuencia de la falta de confianza que generan muchas de las medidas del gobierno, pero también, y por sobre todas las cosas, el cepo que se impuso en el mes de octubre de 2011 y que, con algunas nuevas alternativas que flexibilizaron la situación, se mantiene hasta este momento.

Es probable que una vez que haya una definición con los fondos buitre, en el mes de enero cuando expire la cláusula Rufo, si es que realmente se da de esa manera, el tembladeral de hoy pueda irse solucionando, pero eso está aún por verse. Mientras tanto, la falta de dólares se hace sentir en muchos de los factores económicos, como por ejemplo la resentida productividad de aquellos sectores que necesitan de elementos importados, tal como sucede con las fábricas de automotores que han visto sensiblemente resentida su producción -además afectada por la baja de la demanda desde Brasil-, impactando fuerte en la afectación del empleo del sector.

Además, otro rubro que sigue a los tumbos por la falta de dólares, y también por la incertidumbre que se advierte en el horizonte, es el inmobiliario, que prácticamente desde hace tres años ha visto seriamente resentido su nivel de operaciones. Nadie vende, ni compra, salvo que sea de extrema necesidad, pues todo el mundo coincide en que lo mejor es esperar "hasta que aclare", como suele decirse en el campo.

Se trata apenas, de puntualizar algunas de las consecuencias que se sienten de manera más directa, aunque no puede dejarse de aludir a la falta de inversiones, que es factor determinante para que la producción en general haya venido declinando sostenidamente desde hace al menos cuatro años. Es que ningún capital foráneo arriesgaría a invertir en un país donde después se encontrará con dificultades para llevarse  las ganancias a su lugar de origen.

Este pincelazo sobre lo que sucede es por demás conocido, aunque debe ser reiterado para llegar así a la gran necesidad de dólares que tiene el gobierno para tratar de revertir una situación que impide un mejor tránsito hacia diciembre de 2015 cuando debe producirse el cambio de autoridades. Es así que todas las cajas a las que se tiene acceso están hoy puestas en la mira de ese objetivo de conseguir dólares y también de evitar su alza en el mercado paralelo.

El Banco Central ha sido hasta ahora el mayor proveedor de recursos hacia el Tesoro nacional, tanto por el traslado de recursos como por la emisión extraordinaria de dinero, lo cual es una de las razones más directas de la motorización de la inflación. Otros lugares a los que se ha recurrido en este tiempo son el Banco Nación, el PAMI y algunas otras cajas menores, sin dejar de mencionar por supuesto la ANSeS, que es justamente el área que merecerá algunas reflexiones adicionales a lo expuesto.

Es que la ANSeS maneja nada menos que el Fondo de Garantía de Sustentabilidad -en términos más comprensibles, el dinero de los jubilados-, cuyo monto asciende a 410.000 millones de pesos, conformado en su mayoría, al menos dos terceras partes, por títulos emitidos por el gobierno nacional, aunque preferentemente aquellos en dólares. Razón por la cual en las semanas recientes, y para apoyar el intento gubernamental de evitar la escapada del dólar, salió a vender parte de sus bonos dolarizados, con lo cual no hizo otra cosa que reducir sensiblemente el valor de esos papeles al venderlos a menor precio para atraer compradores que optaron por esa alternativa en lugar del dólar blue. Claro, que el perjuicio para el Fondo de Garantía ha sido importante, en detrimento de los intereses de los jubilados, que ven licuar su patrimonio.

Justamente, por haber pasado el Fondo de Garantía de los jubilados de su condición de comprador de títulos en dólares a vendedor de los mismos, provocó algunos cortocircuitos entre Economía y la ANSeS, en tanto la clase pasiva observa con atención sus perspectivas bastante cercanas.

Autor: REDACCION

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