Editorial

Dólar, el billete tan preciado

El dólar en la Argentina no representa una pasión sino una penosa necesidad para evitar la desvalorización de los ahorros teniendo en cuenta la triste historia económica nacional asentada sobre inflación, hiper inflación y devaluaciones que convierte en papel sin valor a la moneda propia. Desde hace años los precios aumentan a un ritmo superior al 20 por ciento, con picos del 40 por ciento o del 54 como en el 2019, por tanto no hay un solo elemento objetivo que aliente la confianza en el peso argentino. Si las estimaciones promedio proyectan que en este 2020 la inflación estará por encima del 30 por ciento, entonces nadie en su sano juicio va a ahorrar en pesos sino que buscará hacerse de dólares más allá del sobreprecio que se debe pagar por el impuesto PAIS o de los cepos livianos o duros que se implementen para limitar el acceso a un bien escaso como es el billete estadounidense. 

Lo que está comprobado es que el interés de los argentinos por la divisa verde comenzó en los años treinta y con el paso del tiempo se popularizó hasta convertirse en un dato más de la vida cotidiana, del que informan a diario los medios junto a la temperatura y el estado del tráfico, consignó un artículo de diario El País de España -publicado en 2019- al abordar esta intrigante relación y que incluyó una entrevista a los sociólogos Mariana Luzzi y Ariel Wilkis, autores del libro 'El dólar. Historia de una moneda argentina'. "Desde 1983 hasta la actualidad, el mercado cambiario ha tenido protagonismo en casi todas las elecciones presidenciales. El mercado cambiario es un actor político en Argentina, esa es nuestra hipótesis", dijo Wilkis mientras que Luzzi subrayó que "el dólar se convirtió en un artefacto de interpretación de lo que pasa en la política y en la economía".

Los investigaciones descubrieron que en 1931 se instauró "el primer control de cambios, la primera vez que el Estado decide regular el acceso al mercado cambiario y empieza un debate en los medios". Y agregan que "el salto" se produjo a finales de los años cincuenta, cuando el presidente Arturo Frondizi lanzó un ambicioso Plan de estabilización, firmó el primer acuerdo del país con el FMI y se registró una gran devaluación. "Se cierra durante unos días el mercado de cambio y cuando se reabre la prensa muestra a una multitud en la city a ver qué pasa. El mercado dejó de ser un dato en una tabla para ser un evento de la vida pública ciudadana", afirmó Wilkis. 

Los autores del libro no dudan en manifestar que "desde 1983 hasta la actualidad, el mercado cambiario ha tenido protagonismo en casi todas las elecciones presidenciales". Por tanto, la principal hipótesis que sostienen es que "el mercado cambiario es un actor político en Argentina". 

En este marco, un total de 2.600.000 personas compraron dólares en diciembre a través del mercado de cambios y marcaron de ese modo un récord a pesar del cepo, aunque las compras brutas per cápita se ubicaron en US$ 178, con lo que se posicionaron por debajo del tope mensual. El Banco Central dio a conocer el informe de Evolución del Mercado de Cambios y Balance Cambiario en el que precisó que las "Personas humanas" demandaron moneda extranjera para atesoramiento por US$ 330 millones en el último mes del año anterior, mientras que para gastos efectuados con tarjetas por consumos en el exterior, el monto fue de US$ 388 millones.

La entidad también sostuvo que realizaron transferencias de fondos desde cuentas propias en el exterior por US$ 196 millones, mayormente acreditadas en cuentas locales en moneda extranjera, dando lugar a un aumento de los depósitos locales en moneda extranjera, aunque con un resultado neutro en el mercado de cambios. 

Otro dato que se destaca de este reporte es que la cantidad de individuos que compró billetes a través del mercado de cambios fue de 2.600.000 personas en diciembre -algo así como el 6% de la población total del país-, mientras que la cantidad de individuos que vendió billetes totalizó 330.000 personas, indicó. Así sucedió en un mes en el que los argentinos cobraron el aguinaldo, un factor que influyó en la cantidad de ahorristas que pueden acceder a la adquisición de divisas. El análisis subrayó que las compras brutas per cápita se ubicaron en US$ 178, mientras que las ventas brutas per cápita resultaron en US$ 400.

Esta semana, el dólar "solidario" registró un firme avance y cotizó a $81,97 para la venta, mientras el contado con liquidación volvió a operar en alza y ya es un 40 por ciento más caro que el mayorista. Así, más allá del impuesto del 30% y del cepo, los argentinos con capacidad de ahorro mantienen su demanda por el dólar, quizás porque no hay otra opción. Al menos por ahora. 




 

Autor: REDACCION

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