Suplemento Economía

Disputas políticas y falta de inversiones

Una

mezcla de tragedia e imprevisibilidad golpeó de nuevo a los

argentinos con las inundaciones recurrentes en la Ciudad de Buenos

Aires y la catástrofe que dejó sumergida a La Plata y alrededores.

Fueron 51 muertos en la provincia de Buenos Aires y otros 8 en

la Ciudad, pero son miles las historias familiares destruidas tras

el paso arrasador del agua. 

"Tenemos que empezar de cero", fue la desgarradora frase que

sintetizó la tragedia.

La catástrofe deja al desnudo la falta de inversiones y la

necesidad de concretar obras postergadas durante décadas, pero

también refleja la ausencia de planificación y la temeridad de

entregar tierras a la vera de arroyos y canales, entre otros

errores groseros.


La catástrofe también desnuda que el poder político hizo caso

omiso a numerosas recomendaciones realizadas por los expertos.

La Facultad de Ingeniería de La Plata presentó hace seis años

un plan de obras para prevenir inundaciones en la capital

bonaerense, que preveía ampliar el entubamiento del "arroyo del

gato".

Se trata de un curso de agua que forma parte del río Santiago y

atraviesa San Carlos, Ringuelet y Tolosa, las zonas donde la

devastación fue más notoria.

Hace tres años, el Municipio agravó la situación al habilitar

la construcción de torres sin prever, por ejemplo, su impacto en

el exigido sistema de desagüe pluvial.


En el 2007, un informe del Departamento de Hidráulica de la

Facultad de Ingeniería de La Plata determinó más problemas de

desagües en la cuenca del arroyo del gato.

No fue la única advertencia técnica: la Intendencia de La Plata

hace años venía siendo alertada sobre la necesidad de hacer frente

al desborde de los piletones de la avenida 32, que ante lluvias

fuertes expulsaban agua en lugar de retenerla.

En medio de la tragedia de estos días los piletones desbordaron

más que nunca.

La cuestión de fondo está vinculada al desordenado crecimiento

demográfico e inmobiliario que tuvo La Plata en los últimos diez

años -en línea con lo ocurrido en otras zonas de la Argentina- que

hizo desaparecer a la ciudad de grandes espacios verdes, edificios

históricos y diagonales.

Se estima que se construyeron más de 800 mil metros cuadrados

entre 2003 y 2008, mientras que un millón de metros se edificaron

en los últimos dos años.

Los arquitectos cuestionan también que en 2009 la Intendencia

impulsó un Código de Ordenamiento Urbano que habilitó la

construcción de más torres en la zona céntrica.


Tanto la tragedia de La Plata como la de la Ciudad de Buenos

Aires dejaron claro que faltan inversiones.

En el caso del distrito porteño, todas las miradas apuntan a

las nunca realizadas obras de entubamiento del arroyo Vega,

encargada de contribuir para que el agua del norte de la Ciudad

desagote en el Río de la Plata.

Según Javier Miglino, de la ONG Defendamos Buenos Aires, esa

obra es central para aliviar las inundaciones en la Ciudad, pero

Macri nunca las terminó de encarar, mientras descarga culpas sobre

el gobierno de Cristina Fernández.

La administración macrista espera que el Banco Mundial le

otorgue un préstamo de 120 millones de dólares para esas obras.

La autorización por parte del organismo multilateral depende,

en parte, de que la Argentina salga airosa en su pelea con los

fondos buitre.

Es que, a diferencia de lo ocurrido en 2009, la Ciudad logró

ahora el aval de la Nación para endeudarse.

Es una garantía necesaria porque el Estado Nacional debe

funcionar como respaldo del crédito que reciba la Ciudad de

Buenos Aires, mediante caución de títulos públicos.

Si la Ciudad no paga, se venden títulos públicos del país para

cumplir con los compromisos de deuda.

El Ministerio de Desarrollo Urbano porteño debe lanzar una

nueva licitación y se espera que lo haga lo más rápido posible.

Pero la obra puede demorar años, y el cambio climático parece

un fenómeno que llegó para quedarse, por lo que es de esperar

nuevas inundaciones.

Tal vez con las muertes y la destrucción replicando por las

calles de Buenos Aires, esta vez sí se pueda avanzar con las obras

que la Ciudad necesita.

Esta semana que terminó fue dominada por la tragedia que sepultó al menos por unos días los ejes (problemas) económicos que aún esperan por un plan en serio del Gobierno, como la inflación y el dólar. 

Autor: José Calero

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