Por Patricio Arana
La nueva caída de la inflación en
diciembre en la zona euro reaviva el riesgo de deflación y dirige
todas las miradas hacia el Banco Central Europeo (BCE), el único
que tiene la llave para relanzar la economía.
La inflación interanual en diciembre fue del 0,8%, según la
primera estimación publicada el martes pasado por la agencia europea de
estadísticas, Eurostat.
En noviembre, la evolución de precios se elevó al 0,9%, lo que
dio entonces un respiro al bloque de la moneda única que había
registrado en octubre la inflación más baja de su existencia,
0,7%, despertando el temor de la deflación.
La evolución de precios no llegó a este mínimo histórico, pero
si se miden únicamente los precios de los servicios, que cayeron a
1% en diciembre en relación al 1,4% del mes anterior y el 1,8% en
diciembre de 2012, "un nuevo mínimo histórico", los analistas se
alarman por un "nuevo riesgo deflacionario" en la zona euro y
esperan expectantes una eventual acción del Banco Central Europeo
(BCE).
La energía no registró cambios en relación al mes anterior,
mientras que los alimentos, el alcohol y el tabaco fueron los que
impulsaron el índice general de diciembre ya que registraron una
evolución de precios de 1,8% contra 1,6% en noviembre.
La
evolución de precios en estos rubros es la más volátil de los
productos que componen la canasta de seguimiento de precios.
"Con la evolución de los precios en los servicios cayendo a 1%,
el núcleo de la inflación fue de apenas 0,7% (en diciembre), lo
que señala claramente el riesgo de deflación en la zona euro",
estimó Peter Vanden Houte del banco ING.
Ben May, de Capital Economics, también teme "un episodio de
deflación ya que "hay pocos signos que auguren la inversión de la
tendencia".
La deflación es un fenómeno nocivo para el dinamismo de una
economía, dado que aplaza las decisiones de compra -con la
expectativa de que los precios sigan bajando- y desalienta por
ello las inversiones.
Estas nuevas cifras de la inflación centran todas las miradas
en el BCE, que procedió a
principios de noviembre a recortar su principal tasa de interés
hasta 0,25%, un mínimo histórico, para alejar el riesgo de deflación. El pasado jueves la entidad celebró su reunión mensual en la que no adoptó nuevas medidas.
La Eurozona salió en el segundo trimestre de 2013 de una
recesión de 18 meses, con un crecimiento de 0,3%, pero en el
tercer trimestre de ese año apenas creció un 0,1%, lo cual llevó
al BCE a idear nuevas medidas para tratar de dinamizar la alicaída
economía del bloque, lastrada por la crisis de la deuda.
La situación general "aumenta la presión para que el BCE actúe
a favor de un apoyo a la economía", señaló Ben May.
En diciembre el presidente del BCE, Mario Draghi, había
advertido que la inflación en la zona euro permanecerá por debajo
de la meta de la institución, del 2%.
Draghi sugirió que la zona euro se encamina a un "periodo
prolongado de inflación baja antes de una reactivación gradual" de
la evolución de los precios", pero precisó que no preveía deflación.
Según los analistas, el BCE mantendrá sin cambios su política
monetaria pero "se espera que actúe más
en los próximos meses", indicó Ben May, ya que, según Howard
Archer de Global Insight, la institución de Fráncfort estará
"incómoda" con esta nueva caída de la inflación.
Según Archer el BCE podría en los próximos meses proceder a
nuevos préstamos a largo plazo a los bancos, como en 2011 y 2012,
e incluso rebajar su principal tasa de interés a 0,1% o 0,0%. (Especial para AFP-NA)