Sociales

Dios y mi vida

Contrariamente a lo que sugiere el título, no hablaré de Dios en relación a mí. En su lugar tomaré un texto de un buen amigo, René Trossero, que coincide totalmente con lo que pienso al respecto. Figura en un librito de su autoría. que recomiendo: "El sentido de la vida". ¿Me acompaña?

"Sé de personas que se conforman con una vida sin esperanza para después de la muerte. Las respeto totalmente, pero no puedo conformarme con su expectativa. De acuerdo a mi convicción, no encontrarás un sentido pleno para tu vida, sin contar con Dios.

Así y todo debo confesarte sinceramente que sé muy pocas cosas de o sobre Dios. Es más, me molesta y me fastidia el discurso de los que hablan sobre Dios como si anoche hubieran cenado juntos. Me resulta mucho más honesta y sincera la confesión de nuestros límites, de nuestra pequeñez y de nuestro desconcierto ante el misterio de Dios.

Pero ¿y entonces -me preguntarás- en qué te ayuda ese Dios para darle sentido a tu vida? Te respondo con pocas palabras.

Creo que Dios existe, y que está como Creador en el origen de todo, y como meta, al final de todo. ¿Creo que Dios me ama? No puedo pensar (con mi limitada capacidad mental) que Dios decidió que yo existiera sin amarme y para no amarme, Y no comprendo cómo, siendo cierto que me ama, quiere o permite tanto sufrimiento, ¡y la muerte!

Además, creo que es verdad lo que anunció Jesús de Nazaret, y lo proclamó como principio de todo: que Dios es amor y, nos ama como un padre.

Creo (y lo sé por haberlo vivido), que la alegría que busca mi corazón la encuentro amando y siendo amado.

Espero que, después de la muerte, yo comprenda lo que hoy no alcanzo a comprender, y renazca una Vida Nueva, para vivir la felicidad de estar en comunión de amor con Dios y con todos mis hermanos. ¡Para siempre!".

Para el final una perlita de Barres: "Antes o después, sólo Dios podrá hacernos felices".

Autor: Redacción

Estás navegando la versión AMP

Leé la nota completa en la web