Editorial

Diez meses en baja

Aunque las cifras difieren según quien las suministre, en lo que hay coincidencia es sobre la fuerte caída que viene teniendo la industria, prácticamente sin barreras de contención. Así tenemos entonces que el dato oficial por parte del INDEC da cuenta que en mayo el descenso fue de 5% comparado con igual mes de 2013, y que por lo tanto la caída acumulada en los primeros cinco meses del año asciende a 3,8%, registrando el sector el 30% de capacidad ociosa. Una performance que preocupa la consiguiente preocupación e intranquilidad, ya que esta situación viene dándose desde hace 10 meses consecutivos.

Sin embargo, pasando a las estadísticas privadas, que siempre indefectiblemente tuvieron fuertes diferencias con el INDEC, la perspectiva es aún mucho peor. De acuerdo con los datos difundidos por la consultora de Orlando Ferreres el retroceso de mayo fue de 7,4% y del 3,9% en lo que va del año, mientras que para FIEL la mensual fue de 7,9% y para el lapso enero a mayor de 4,4%.

De todos modos, y más allá de estas diferencias bastante apreciables, cualquiera sea la medición real, es igualmente de preocupante, pues el sector está dando clara cuenta de los serios problemas que tiene la economía en su conjunto, dentro de la cual la industria cumple un rol fundamental.

Este desplome del quinto mes del año estuvo encabezado por la industria automotriz con una baja de 33,5% debido a la fuerte caída de las ventas internas y externas, lo que llevó además a las terminales a adoptar medidas consistentes en suspensiones de personal. En cuanto a la extensión de enero a mayo, el sector automotor lleva una baja de 20,8%, recordándose que en todos estos últimos años se había convertido en el gran traccionador de la industria, en especial en los años 2012 y 2013 cuando registró índices históricos de producción y ventas, tanto aquí como en las exportaciones. En simultáneo, el rubro metalmecánico que tiene directa relación con el anterior, tuvo una caída de 9,1%.

Como para comprender mejor la importancia que tiene el sector automotriz en todo el conjunto, no alcanzaron ni cerca para equilibrar la situación que en el mes de mayo hayan mostrado recuperación de 14,5% la refinación de petróleo, 9,7% químicos y plásticos, 2,8% el rubro alimenticio y 0,6% los metálicos básicos. De todos modos, la fuerte recuperación del petróleo procesado ayudó a compensar en parte la pérdida que venía teniendo en los meses anteriores, aunque de todos modos dentro del conjunto total industrial, no tuvo el peso suficiente como para sostener la caída de los automotores.

Un rubro muy especial para el análisis es el referido al sector alimenticio, pues establece una relación totalmente directa con el consumo, que es tal vez el mejor medidor para calibrar la situación social. Entre enero y mayo el consumo creció 1%, pero así y todo está lejos de mostrar un panorama alentador, pues se viene en claro retroceso.

En cuanto a la capacidad ociosa de todo el conjunto que en mayo fue del 30%, individualmente en el sector metalmecánico ascendió al 47% y en el automotriz al 50%, quedando claramente en evidencia que con tales índices la situación es muy comprometida, y además, un preanuncio que no se tendrán inversiones en el corto plazo, lo que profundizará las dificultades futuras.

Simultáneamente se lleva adelante un sondeo de los empresarios respecto a su visión del corto y mediano plazo, quedando establecido que el 83,9% no tiene previsto incrementar su capacidad de producción, en tanto que el resto si bien no fue tan terminante también estimó bajas en el uso de la capacidad ocioso de sus plantas.

Las desfavorables perspectivas también se extendieron a la comercialización, con retrocesos en las ventas internas y externas. Y además se trasladan hacia el empleo, donde el 95,9% de las empresas estima que no registrará cambios en sus plantillas de personal, en tanto el 3,8% considera bajas y un escuálido 0,3% deslizó la posibilidad de incorporar trabajadores.

De esta manera, el sector industrial aparece liderando la recesión que tuvo sus orígenes en los últimos meses de 2013 y que lleva este pesado arrastre en lo que va de 2014, sin que se advierten posibilidades cercanas de comenzar a revertir la situación, ya que la misma depende de dos factores determinantes: la baja de la inflación y las inversiones. Ambas muestran hoy una perspectiva muy desfavorable.

Autor: REDACCION

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