Suplemento Economía

Detrás del Proyecto de Participación de Ganancias

 

 

El 2011 no sólo presenta características especiales por ser un año cargado de actividades electorales y de inciertas reconfiguraciones políticas luego de la muerte de Néstor Kirchner, sino que a ellas, se le ha sumado un elemento al escenario socio-político  que tensa la relación de los principales actores del seno de la sociedad capitalista; empleados y empleadores, enfrentados ahora por el proyecto de ley de participación de ganancias, y detrás de ello, un grupo de dirigentes oportunistas que especulan ilusionando a la clase trabajadora y desmotivando la inversión productiva.

La puja por la consecución de mejores condiciones laborales y salariales de la clase trabajadora, fue y será motivo de discrepancias entre empresarios y sindicatos; pero que a pesar de ello, a lo largo de la historia, el afán de lucha institucional de la clase trabajadora, basada en legítimos reclamos, y el compromiso de la gremial empresarial, han logrado el mejoramiento de la calidad de vida de los trabajadores.

Ahora bien, dichos reclamos comienzan a vaciarse de legitimidad cuando se convierten en una mera herramienta de manipulación electoral, y a escudarse en “manoseadas” leyes que lo único que logran es socavar las estructuras sociales y económicas, a las vez de vaciar de credibilidad a las instituciones democráticas.

Nadie en la utilización de su capacidad de raciocinio puede negar el derecho de los empleados de mejorar su capacidad remunerativa; pero cuando ello lleva al detrimento de la fuente de trabajo, se enfrenta a un conflicto de intereses que sólo parece presentar un resultado de ganadores y perdedores, cuando en realidad la búsqueda del bienestar tiene que lograr un resultado de ganadores.

La participación de los empleados en las ganancias.de las empresas, si bien posee un nombramiento en la CN, lo que la reviste de un particular velo de “inmacularidad”,  presenta ciertas características que hacen difícil su aplicabilidad y aceptación por parte de los empresarios.

La primera de las razones es la fuerte presión fiscal que existe en la actualidad y que distorsiona la obtención de ganancias. Si a ello le agregamos la obligación de repartir las ganancias obtenidas, la verdadera motivación empresaria pierde sustento y genera mayores incertidumbres en el mercado; factor que desalienta fuertemente la inversión y termina perjudicando a toda la comunidad empresarial, incluso a los mismos empleados a través del aumento del desempleo.

La segunda es que al hacer partícipe al empleado de la ganancia, bajo el lema de que de esa manera se siente parte de la empresa, no se inculca la verdadera cultura empresarial, ya que la participación de esa ganancia es a “riesgo cero”, convirtiendo al empleado en un mero agente de recaudación. Otra de las razones es que va a generar una fuerte desinversión a nivel industrial por los volúmenes de ganancias resignados. Ello llevará a que las grandes empresas tiendan a radicarse en países limítrofes en donde la legislación es más favorable y les permita acceder a los mismos mercados que si estuvieran en la Argentina. A su vez, esto significará para las empresas pequeñas y medianas un gran  desincentivo para la contratación en blanco.

Una verdadera política a favor de mejorar la capacidad adquisitiva de los empleados y sin perjudicar los beneficios empresariales, sería la de frenar los ciclos inflacionarios, los cuales nos han llevado a ubicarnos, junto con Venezuela, en los países con mayor inflación en el Mundo.

La supuesta “solidaridad” de la que revisten la participación de los empleados, no es tal, ya que lo que realmente propone esta ley es un incremento salarial encubierto y que a futuro retroalimentará el proceso inflacionario con lo cual el aumento en la capacidad adquisitiva se convierte en una farsa. 

En definitiva lo que se está proponiendo es un nuevo impuesto sobre las ganancias que sólo servirá para mantener una estructura burocrática más grande debido a la creación de un nuevo órgano y que no generará un beneficio real para los empleados, ya que será como combustible para el fuego de la inflación.

APORTE DE CECPRI – LALO BONINO

Autor: firma 1

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