Editorial

Desocupación en EE.UU.

Desempleo en EE.UU.

Aún cuando aquí en la Argentina existan justificadas sospechas respecto a la manipulación que se hacen de los índices estadísticos por parte del INDEC, otorgándoles en consecuencia una importancia y significación relativas, por primera vez en muchísimo tiempo -es probable que desde siempre- Estados Unidos nos supera en el porcentaje de desocupación. Es que mientras aquí en nuestro país, merced a la influencia de los subsidios y de otros artilugios como el incluir en la categoría de ocupados a quienes cuentan con algunas pocas horas de trabajo semanales se ha logrado reducir el índice de desocupación a 7,4% en el pasado mes de junio, en igual período en el país-potencia del Norte esa marca estuvo en el 9,2%, es decir, 1,8 puntos más que aquí. Una situación que indudablemente resulta inédita, más allá de la falta de certeza que se tenga sobre el índice local, incluso considerando que estando tan baja la desocupación la pobreza se mantenga muy alta, también con números estadísticos inciertos, que se contraponen entre los muy bajos oficiales -es que según el INDEC una familia con apenas 1.200 pesos mensuales no es considerada pobre- y los del sector privado que ubican en más del 30% a la pobreza y la indigencia.

Volvamos a Estados Unidos, dejando de lado las comparaciones y analizando su delicado presente, el cual no logra ser revertido, incluso ni alcanzando a detener la permanente caída de actividad, por parte de la administración de Barack Obama, que al parecer -y según lo puntualizó muy contundentemente el Nobel de Economía Paul Krugman- equivocó el direccionamiento de los enormes fondos distribuídos, que estuvieron destinados en la mayoría de los casos hacia las grandes corporaciones, que se salvaron ellas mismas sin la generación masiva de empleos, en lugar de destinar esos flujos de dinero al consumo, un gran reactivador económico.

En el resultado del mes de junio, los estadounidenses y el mundo que sigue muy atento la evolución de la mayor potencia económica, se habían depositado muchas expectativas optimistas, pero finalmente fueron decepcionantes, ya que el informe del Departamento de Estado terminó dando cuenta que las nóminas no agrícolas crecieron en ese lapso apenas 18.000 empleos, cuando se esperaba estuvieran en el orden de los 90.000, con lo cual la tasa de desempleo subió a 9,2% expandiéndose una décima más que los 9,1% de mayo.

Las inversiones con destino de creación de nuevos empleos no aparecen en la medida esperada, provocando un evidente retraso en la salida de esta situación, ya que tener la desocupación en más de 9 puntos y prácticamente en forma inmovilizada, es una razón muy fuerte de impacto no sólo en Estados Unidos sino también en el resto del mundo, que tiene además sus propios problemas, y muy serios, como los que derivan de las crisis de Grecia y Portugal, además de España, Italia e Irlanda, donde parecen algo más atenuados, pero igualmente de graves y complicados.

Prácticamente todos los mercados del mundo vibran de acuerdo con este ritmo que tiene la economía de los países altamente desarrollados, en los cuales se encuentran además los grandes centros financieros. Estados Unidos de modo especial, no consigue recuperarse, al punto que si bien aún conserva una diferencia de 15 a 6 sobre el volumen de su economía con relación a China, esta última sigue descontando terreno en forma acelerada, que sumado al estancamiento estadounidense, ya llegan a hacerse previsiones que en menos de veinte años podrían llegar a estar equilibradas. Es que China, con su mercado interno de 1.500 millones de habitantes, y aunque cuenta con enorme cantidad de pobres que aún no se han visto beneficiados por el sostenido crecimiento de los últimos años, tiene un generador permanente de la activación de su economía.

La nueva directora del FMI en tanto, la francesa Christine Lagarde, advirtió sobre reformas que aún quedan por hacerse, antes de enfilar hacia una directa y concreta recuperación de la economía mundial, que viene teniendo estos fuertes sacudones, tan fuertes y consistentes, que ni la mayor economía del mundo como es la estadounidense, logra reponerse.

Así las cosas, se espera que de aquí a fin de año se produzca el reordenamiento que todavía está pendiente, al menos en algunos determinados puntos esenciales.

Autor: Redacción

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