Editorial

Desempleo europeo

Una de las consecuencias más graves de la crisis que viene castigando a los países europeos, es la falta de trabajo. En la actualidad en los 27 países de la Unión Europea hay 23,8 millones de desocupados, la cual se convierte en la cifra más alta de los últimos 14 años. Si bien esta situación no es nueva en Europa, al darse ahora en el marco de una aguda crisis que afecta a varios de esos países -casos más expuestos los de Grecia, España, Irlanda e Italia- las soluciones no aparecen en el horizonte, sosteniéndose por ahora en ajustes y reducción de gastos en búsqueda de equilibrar las cuentas, aunque esa política en definitiva muy poco ayude para la generación de empleo, ya que con menos circulación es también menor la posibilidad de creación de puestos de trabajo.

Los 17 países que tienen al euro como moneda, tuvieron en el último diciembre su pico de desocupación con 10,4 % sobre su población activa, lo cual significa la afectación de 16,4 millones de personas. Ahora, sumando los otros 10 países con los que se completa la Unión Europea -aunque estos conservando su propia moneda- el total de desocupados asciende al citado 23,8 millones.

Lo preocupante de esto es que el desempleo en Europa viene abultándose desde fines de 2009, habiendo adquirido ahora niveles importantes, muy por sobre el 8,7 % de Estados Unidos, con lo cual queda claro que su actividad económica se encuentra seriamente comprometida, y al menos en las actuales circunstancias, no está en condiciones de poder ofrecer soluciones en el corto plazo, y tal vez ni siquiera en el mediano.

La polémica está centralizada en los severos ajustes que se está imponiendo a los países con mayores problemas, ya que esa no parece ser la solución pues justamente se trata de aquellos que ahora tienen más desempleo y más recesión. Aunque, al menos por ahora, todo parece estar indicando que las conducciones orgánicas tanto de la Zona Euro como de la Unión Europea, la única alternativa que visualizan es la mencionada del ajuste, tal como se acaba de resolver nuevamente en Bruselas, donde 25 de los 27 miembros -con excepción de Gran Bretaña y la República Checa- acordaron un nuevo pacto de unión fiscal, con la imposición de nuevos ajustes sobre los ya realizados y la limitación de los déficits públicos al 0,5% del PBI de cada uno de los países, ya que de lo contrario se impondrán duras sanciones a los incumplidores, y además, no recibirán más ninguna clase de asistencia.

En materia de desocupación es España -la cuarta economía de la euro zona- quien lleva la delantera con un alarmante 23 % de su población sin trabajo, y además, con escasas posibilidades de conseguirlo en lo inmediato. Sobre la península Ibérica hay datos todavía más preocupantes que estos, ya que entre los menores de 25 años la desocupación es del 48,7 %, según cifras oficiales. Luego, en el segundo lugar de esta triste estadística, aparece la muy golpeada Grecia con 19,2 %, siendo los dos más altos de la escala. En el otro extremo, es decir, los que mantienen niveles muy razonables de desocupación, aparecen Austria con 4,1%, Holanda con 4,9%, Luxemburgo con 5,2% y Alemania con 5,3%.

Toda esta situación de descalabro, pone un manto de dudas sobre la perspectiva de continuidad a largo plazo de la moneda única (el euro) ya que parece ser imposible de sostener para economías de tan diferente conformación. Aún cuando por ahora nadie salió a ventilar públicamente este tipo de posibilidad, no son pocos los especialistas que han comenzado a darle la razón a Gran Bretaña cuando no se incorporó a la zona euro, aduciendo justamente que la falta de equilibrio de las diversas economías en algún momento, y especialmente de crisis, tornaría insostenible una igualdad monetaria.

De todas maneras, el del euro no es el problema del momento, sino la desocupación que mantiene sin posibilidad de trabajo a casi 24 millones de personas, con muy reducidas chances de poder acceder a un empleo por la nula creación de los mismos que hay en los países más afectados. Por el contrario, todo indica que la cifra del miedo, es decir la del desempleo, se irían engrosando por un tiempo, ya que un ajuste tras otro desemboca inevitablemente en una situación de naturaleza, pues seguirán perdiéndose empleos.

Autor: Redacción

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