Como la mayoría de los niños, me regalaron muñecas durante mi infancia y jugué muchísimo con ellas. Me podía pasar tardes enteras inventando diálogos, imaginando decorados y muchas veces lo hacía en compañía de mi hermano. He conservado casi todas mis muñecas más queridas, que me acompañan hasta la actualidad, pero hasta hace diez años nunca pensé en coleccionarlas. Tanto mi madre como yo disfrutamos contemplándolas. Las veíamos en escaparates o anticuarios y nos parecían bellísimas, pero no las compraba y las exponía. Hasta hace cinco años tenía un trabajo que ocupaba todo mi tiempo; un trabajo que me encantaba, con el que me sentía identificada y que me permitía conocer el mundo entero. Ese fue el objetivo prioritario durante bastante tiempo.
La oportunidad de coleccionarlas
He tenido las ganas y, además, la posibilidad de coleccionar muñecas desde que inicié esta aventura hace diez años. He ido comprando por internet, buscando en mercados, rastros, a personas que vendían algunas de sus muñecas. Ellas me han abierto un universo completamente distinto y compatible con el mundo que conocía hasta ahora. Las muñecas me han brindado la posibilidad de conocer a muchas personas, y muchas muy generosas.
Cuáles fueron las que más me significaron un acercamiento afectivo
Entre las muñecas que conforman mi colección ocupan un primer plano aquéllas que me acompañan desde mi infancia. Tiernas, bonitas, jugadas por mis manos y por las de mis amigas. Ellas han compartido todos mis momentos, todas mis mudanzas, mis vivencias. Ellas están repletas de sentimientos de ternura, de nostalgia, de añoranza. No conservo todas las que tuve, pero las que se han quedado conmigo me llenan de amor cuando las miro.
Cómo surgió la idea de dedicarle un proyecto de investigación a este tema
El tema de convertirme en coleccionista fue decisivo a la hora de escribir mis dos libros. En el momento en el que decidí entrar en este universo del juguete antiguo, busqué catálogos, libros, información. Todo fue bien mientras me dediqué a coleccionar muñeca americana como Barbies vintage y muñecas de la empresa Ideal. Había libros y mucha información. El problema surgió cuando quise conocer el mercado español. Para mí era completamente desconocido, ni siquiera sabía que había habido tanta fabricación, ni que habían existido tantas fábricas. Resultó todo un descubrimiento. Intenté encontrar libros que catalogaran muñecas tan preciosas y marcas y empresas antiguas y me hallé frente a un vacío. Un terreno completamente desierto y en el que nadie se había aventurado, el de la catalogación. Existía poca información sobre el tema del juguete español en general y el de la muñeca en particular. Nadie había pensado en realizar un catálogo. Muchas muñecas se paseaban por internet sin nombre. Decidí así comenzar a elaborar un catálogo personal de uso casero y acabó desembocando en un libro tres años después. Me resultó un trabajo fascinante. Era emocionante descubrir cualquier dato, cualquier información. Todo estaba por construir y explorar. Esta labor la realicé completamente sola, desde mi casa, de baja de maternidad y con un bebé de dos meses. Nunca obtuve la ayuda de ninguna entidad o institución. Tampoco lo necesitaba, ya que en un principio se trató de un catálogo personal sin ninguna pretensión de publicación. Esa idea llegó más tarde, fruto de la madurez y desarrollo del proyecto.
Qué objetivo quise cumplir publicando el primer libro en 2013
El principal objetivo que quise conquistar con la publicación de mi primer tomo fue el de aportar información, el de intentar rellenar un hueco del panorama juguetero español y, sobre todo, dar nombres a algunas muñecas. Lo que ocurre es que hubo tantas fábricas y se crearon tantas muñecas que no hay lugar ni en diez tomos para contar su historia. Es por ello que decidí centrarme en la empresa Famosa.
Qué me motivó dedicarle tiempo al segundo título para continuar la historia de las muñecas consagradas
El segundo tomo fue en realidad la continuación del primero. No cabía toda la producción de la empresa en un solo libro; tampoco cabe en dos, pero, al menos, se ha cubierto un periodo de tiempo muy importante para coleccionistas de muñeca antigua.
De qué manera fue abordado el tema de la investigación y cómo concebí mi trabajo en la práctica cotidiana
La investigación del primer tomo fue complicada en sus orígenes. Yo era completamente novata en el mundo de la muñeca española y fui aprendiendo a medida que aumentaba mi catálogo. Es cierto que me encontraba con las mismas dificultades que otros coleccionistas, aunque llevaran más tiempo en el tema, porque no había catálogos suficientes. Me gusta comparar el trabajo que hice con el de la persona que teje, que ve su obra acabada cuando lo ha finalizado. Esto era exactamente igual. Cogía cualquier indicio, cualquier pista, cualquier información de internet, de fotografías, de cajas antiguas o incluso de las propias muñecas, de su ropa, de sus peinados y de publicidades antiguas. Todos esos datos los iba registrando y poco a poco conseguí acabar una parte del puzzle. El primer tomo fue muy difícil, porque tuve también que relacionarme con coleccionistas que aún no conocía, con vendedores de muñecas, acercarme a hemerotecas, viajar a Madrid, a Alicante, etcétera... y esto hay que verlo en el contexto en el que me encuentro para entender que la dificultad es mayor, puesto que en aquella época yo vivía en Suiza. Tuve la suerte de entrar en contacto con gente amable y dispuesta, muchos me dejaron fotografiar en persona a sus muñecas, otros me enviaban imágenes, a veces me tenía que comprar yo la muñeca para hacer las fotos. En cualquier caso, me pareció y me parece una experiencia muy gratificante. Fue también laboriosa por el hecho de tener a un bebé recién nacido y a una niña de dos años en casa. Pero todos conseguimos que mi proyecto se llevara a cabo en armonía.
*El texto pertenece a la entrevista realizada por Raúl Vigini a Salud Amores Guzmán