DAMASCO, 25 (AFP-NA). - El régimen sirio rechazó las sanciones impuestas por Europa y Estados Unidos a su presidente Bashar el Asad, pese a que cada vez se encuentra más aislado por la sangrienta represión de la revuelta prodemocrática que azota el país.

Al mismo tiempo que el movimiento de contestación entra en su tercer mes sin un ápice de debilidad, el régimen autocrático continúa desafiando las presiones y las sanciones, rechazando toda "injerencia" del exterior en los asuntos internos y manteniendo la represión de la revuelta pese al alto costo en vidas humanas.

En el terreno, las fuerzas de seguridad y el ejército mantienen el cerco en diferentes ciudades foco de las protestas, como Homs (centro), Deraa (centro) y Banias (noroeste), donde las informaciones de la situación llegan a cuentagotas por las fuertes restricciones impuestas a la prensa extranjera.

Ayer, al día siguiente del anuncio de nuevas sanciones contra el régimen, la prensa gubernamental acusó a la Unión Europea (UE) y a Estados Unidos de "injerencia" y de querer marginar el papel de Damasco en la región, sobre todo frente a Israel.