Editorial

Del bochorno a la sanción

Mientras en Europa están jugando el tramo final de la Champions League cuya final disputarán Juventus-Barcelona el 6 de junio en Berlín, con ejemplaridad en la organización de los partidos en los distintos países involucrados, en Argentina volvimos a dar la nota negra...

Se trata del bochornoso y patético episodio ocurrido en el estadio La Bombonera en el que un grupo de inescrupulosos e irresponsables supuestos hinchas de Boca intentó agujerear la manga por donde pasaban los jugadores de River para jugar el segundo tiempo, arrojándoles gas pimienta potenciado por la ventilación de la manga que produjo quemaduras de primer grado en cuatro jugadores, en el marco de los octavos de final de la Copa Libertadores.

Esa trágica noche del jueves 14 de mayo quedará como precedente en la historia negativa del fútbol porque hubo irregularidades de todo tipo, desde las bengalas ingresadas y encendidas al inicio del partido, la demora del árbitro Darío Herrera -sumada al veedor de la confederación- en tomar una determinación en más de una hora, la activación del dron que transportaba una tela blanca con la letra B (en alusión a River en su paso por la segunda categoría) hasta la falta de solidaridad de los jugadores de Boca en no haber tomado la decisión de salir de la cancha juntos con sus pares millonarios, quienes se retiraron siendo protegidos por los escudos policiales, como si se tratara de una batalla campal, en los primeros minutos del día viernes.

También fueron lamentables las declaraciones del secretario de Seguridad Sergio Berni (pre-candidato a gobernador en la provincia de Buenos Aires), afirmando que "el operativo de seguridad en el partido fue exitoso, no hubo incidentes ni bengalas..." ¿Habrá visto otro partido de fútbol en el que transcurrió sin problemas? 

¿Qué responsabilidad les cabe a los organizadores: la dirigencia de la Ribera, las fuerzas de seguridad (metropolitana y federal) e inclusive las autoridades de la Conmebol en no haber controlado previamente las instalaciones del estadio y el cacheo correspondiente a los hinchas locales?

¿Qué nos está pasando como sociedad porque el deporte se ha desnaturalizado en los últimos años y lo que impera en casi todas partes es la corrupción entre las dirigentes de fútbol y políticos, los policías y el narcotráfico?

Luego del descargo efectuado por el club xeneize, anteanoche la Conmebol dio a conocer el comunicado oficial mucho más leve de lo que se esperaba, eliminando a Boca de la Copa Libertadores 2015 debido a los graves incidentes que se registraron en el superclásico ante River Plate por los octavos de final del certamen. ¿Qué presiones hubo para atenuar la sanción?

Por este motivo, River se clasificó a los cuartos de final de la competencia, en donde se medirá ante Cruzeiro de Belo Horizonte, el próximo jueves a las 22 en el estadio Monumental.

Sin embargo, Boca no fue sancionado por cuestiones deportivas, por lo que de clasificarse para la edición 2016, podrá participar sin inconvenientes. Además, deberá jugar los primeros cuatro partidos de una competición organizada por la Conmebol sin público y tampoco podrá tener hinchas en los cuatro encuentros que dispute como visitante. También deberá pagar una multa de 200.000 dólares, que será debitada de los derechos televisivos que le corresponden al club o ser abonado a la Conmebol.

Volviendo al escándalo que determinó la suspensión del clásico rioplatense y uno de los más importantes del mundo, quedan pendientes muchos problemas por resolver en el futuro, en un contexto complejo porque a decir verdad no hay soluciones mágicas.

Hace un tiempo a esta parte que no se permite la presencia del público visitante en las canchas de fútbol (¿qué hubiera pasado con la presencia de hinchas de River el jueves pasado?), ¿también habrá que empezar a prohibir el ingreso de los locales en los partidos de alto riesgo? ¿Qué imagen negativa y retrógrada damos a nuestros niños y al exterior?

Tampoco caigamos en la ingenuidad en que los únicos malos de la película son los barras bravas de Boca, porque en la mayoría de los clubes existen peligrosos fanáticos, sin olvidar la noche en que River descendió al Nacional B en 2011 cuando sus hinchas hicieron destrozos en los alrededores del estadio Monumental.

Concluimos con una reflexión del obispo Miguel Hesayne en 2013: “Basta escuchar o leer las noticias de cada día para diagnosticar que la Argentina está muy enferma en todos los niveles de la sociedad: en la relación familiar comenzando por los esposos; en las relaciones sociales y políticas; en las relaciones sindicales y empresariales y hasta en las religiosas. La Argentina gime por la corrupción de no pocos y clama esperanzada en gente que impregne con los valores del evangelio de Jesús las estructuras de la sociedad”.

Autor: REDACCION

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