Editorial

Dejó de llover, ¿qué hacemos?

Ante los terribles cambios climáticos en gran parte del país, siendo las provincias más afectadas Santa Fe, Córdoba, Buenos Aires, Tucumán, Salta, entre otras, por las grandes precipitaciones, que en algunos casos llegaron a 600-700 mm en los tres primeros meses del año, es hora de empezar a reflexionar y debatir entre los principales actores sociales sobre qué hacer porque de lo contrario la situación actual de la naturaleza se puede ir agravando aún más.

Al respecto, el ambientalista, docente de la Universidad Nacional de Rosario e integrante del Pensamiento Ambiental Latinoamericano Carlos Galano expresó que “llegamos a un momento con esta catástrofe ambiental pero no es un fenómeno natural, está acelerado por el aumento de los gases del efecto invernadero porque el modelo de producción consume mucha energía y después de utilizarla la degrada como efecto da calor al ambiente, cambiando los vientos, el sistema de lluvias, se producen desertificaciones, el aumento del calor. Es el modelo de producción concentrado que acumula la riqueza como dice el papa Francisco: el problema no es la pobreza sino la riqueza. En el ámbito agrario reformula la territorialidad, desterritorializando el paisaje que conocíamos con el modelo de producción de soja transgénica. En la década de los 90 en la Argentina se reformularon los ciclos agrarios rotativos diversos, se planteó un modelo de cultivo en la siembra directa, en el desmonte, en el crecimiento de la desertificación y el uso creciente del agua dulce”.

En nuestra zona de influencia, los lugares más afectados por las inundaciones son el oeste del departamento Castellanos en Bauer y Sigel, Josefina, Coronel Fraga, Santa Clara de Saguier, Frontera, entre otros, por diferentes causas como la falta de obras de canalización prometidas y realizadas a medias, las napas freáticas que están altas y nunca bajaron, la no rotación de cultivo imponiéndose desde hace años la soja, entre otros.

Uno de los productores afectados reiterados es Claudio Aragno, de Bauer y Sigel, quien tuvo inundado su campo perdiendo las cosechas de soja en las campañas de diciembre de 2012, febrero-marzo de 2014 y ahora en marzo de 2015. "Perdimos casi las 800 ha de soja que sembramos y lo poco que se salvó no sabemos cuándo podremos trillar, porque a pesar de haber bajado sigue habiendo agua en los campos", confesó ante la consulta de LA OPINION.

El viernes último se desarrolló una jornada técnica sobre la situación de emergencia climática en la que se analizaron estrategias frente al exceso de agua en los campos, organizada por el INTA en la Rural de Rafaela. "El 90% de los tambos del Departamento fue afectado por problemas de piso y evacuación de animales", señaló Verónica Sapino.

En este sentido, el productor Daniel Oggero y ex dirigente de Federación Agraria graficó la difícil realidad: "La situación es catastrófica. Acá se está hablando de la desaparición de 400 tambos, entre los que ya cerraron y los que van a cerrar. En la cuenca lechera más importante de América Latina, esto es un golpe bajo. La emergencia hídrica o el desastre natural que hemos recibido en los últimos días no hizo otra cosa mas que acelerar los tiempos. Porque el productor ya venía endeudado y desfinanciado en los últimos 5 años, ya veníamos en lucha, con protestas frente a las fábricas, tratando de formar mesas de trabajo para que los empresarios tomen conciencia. Hoy el productor está totalmente desfinanciado y arrancar de cero con un tambo hoy es prácticamente inviable".

Tiempo atrás en la provincia de Córdoba hicieron obras hidráulicas que cuando llueve desde San Francisco viene el agua para el este, pero no se terminaron las obras de canalización, especialmente para que funcione correctamente el canal Vila-Cululú.

"Iniciaron las obras de canales para encauzar el agua que viene de Córdoba, cambiándose las alcantarillas por puentes, pero no fueron terminadas. De todas maneras, con las abundantes precipitaciones que hubo hace unas semanas los resultados son insuficientes", agregó Aragno.

A pesar de haberse declarado la emergencia agropecuaria en varios departamentos de la provincia de Santa Fe (200.000 ha), entre ellos Castellanos, "lamentablemente, no recibimos ninguna ayuda gubernamental. Ahora trascendió que podría venir algún crédito del gobierno nacional, pero no hay nada confirmado", se quejó.

Estamos a tiempo de prevenir futuros problemas en el ecosistema, teniendo en cuenta algunos factores como dejar de deforestar indiscriminadamente, eliminar el uso de agroquímicos como el glifosato, la rotación de cultivos y el crecimiento ilimitado es una falacia.

Autor: REDACCION

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