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Se llamaba Gastón Javier Altamirano, tenía 46 años de edad, y teniendo como escenario un depósito de volquetes, ubicado en la zona Sur del Gran Buenos Aires, en el marco de una pelea por una deuda de dinero, resultó degollado.
La Policía trataba de ubicar al asesino, de quien exhibía un profundo corte en la región del cuello, que le había seccionado la vena yugular.
Por otra parte, en el lugar del hecho fueron secuestrados dos cuchillos, que presentaban manchas de sangre.