Editorial

Déficit de 2012

Por primera vez desde 1996, las cuentas públicas cerraron en rojo en 2012. La diferencia entre ingresos y gastos fue de 8.181 millones de pesos de déficit primario, y de no contabilizarse las transferencias del Banco Central y de la ANSES la diferencia hubiese sido mucho mayor. De esta manera lo consideró la Asociación Argentina de Presupuesto en un informe, aún sin la contabilización oficial del mes de diciembre, que no se había conocido aún hasta ese momento, aunque de todos modos la organización llegó a estimar que los ingresos totales del año ascendieron a 503.798 millones, mientras que los gastos cerraron sus cuentas con  511.979 millones, de tal modo que el cierre de cuentas anuales deja un déficit de los referidos 8.181 millones, lo cual es 0,4% del PBI.

Para tener una imagen mucho más amplia de cómo anduvieron las cuentas en 2012, recordemos que en el Presupuesto el Gobierno había estimado un superávit de 46.282 millones, pero finalmente en el mes de octubre en consideración de la caída de actividad económica y otras cuestiones, ese superávit fue reducido a 11.542 millones, pero por último, tres meses después al finalizar diciembre y por lo tanto los doce meses del período, quedó como saldo un déficit de 8.181 millones. Con eso tenemos que entre la estimación superavitaria inicial y la final de cierre, tenemos una diferencia final de 55.463 millones.

Una de las explicaciones que se encuentran sobre esta situación, es que mientras la recaudación terminó con un aumento de alrededor del 25%, el gasto público en cambio creció a razón del 30%.

Algunos números dan cuenta que las contribuciones por seguridad social se elevaron a 152.783 millones, en tanto el IVA -uno de los impuestos regresivos más injustos pues afecta en igual medida a quienes tienen recursos y más ingresos tienen, que a quienes se encuentran en el fondo de la pirámide de ingresos- sigue con 94.565 millones, ubicándose luego el impuesto a las ganancias con 72.519 millones, apareciendo luego las retenciones por derechos de exportación con 56.859 millones. Mientras que entre el Banco Central y la ANSES aportaron a la arcas centrales 25.616 millones.

Sin dudas, el desmadre de las cuentas viene por parte del gasto público, que no parece encontrar techo y que dadas las condiciones electorales de este año, es altamente probable que no haya contención sino que por el contrario es muy factible que siga creciendo aceleradamente. Más teniéndose en cuenta que estas elecciones son consideradas clave por el kirchnerismo para la continuidad del "modelo nacional y popular", apuntando a la posibilidad de re-reelección de la presidenta Cristina Fernández, para lo cual necesitan de mayoría en las cámaras legislativas, o bien conseguir ese objetivo contando con el aporte de voluntades ajenas. Justamente, tanto en eso como en el control del armado de las listas, es que se están utilizando recursos del presupuesto, lo cual es identificado como "la política de la caja".

Veamos entonces cómo están las cuentas respecto al gasto público. En 2012 se gastaron 511.979 millones de pesos, pudiéndose partir de la base que el gobierno gastó la tercera parte de sus disponibilidades para sostener los subsidios, al sector energético, al transporte, a empresas públicas, para financiar programas de empleo o programas educativos.

Si se analizan las cuentas públicas desde el punto de vista financiero -es decir, además del resultado primario incluyendo el pago de intereses de la deuda- la perspectiva es todavía mucho más complicada. Es que el Gobierno efectuó pagos por 47.890 millones, con lo cual el año financiero terminó con un déficit de 56.071 millones, siempre de acuerdo con los números de la Asociación Argentina de Presupuesto. También aquí el Gobierno falló de manera significativa en sus apreciaciones, ya su estimación en octubre era negativo en 35.638 millones, cabiendo recordar que exclusivamente desde la visión financiera, ya en los años 2009 y 2011 se había cerrado con déficit.

El panorama, tanto desde los números de las cuentas como desde la visión de la realidad, es de lo más complicado al darse la combinación de estancamiento de la actividad económica, con una fuerte mezcla entre sectores que lograron mantenerse positivos y otros que concluyeron en estado de agotamiento, y el rojo fiscal. 

Autor: Redacción

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